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Los beneficios del sueño conciente

Cristina Papaleo17 de febrero de 2007

Correr, saltar y volar, pasar a través de las paredes, atravesar muros y vencer nuestros miedos, todo es posible en sueños. Soñar concientemente puede ser una fuente de creatividad, salud y energía.

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Con algo de entrenamiento, es fácil volar en sueños.Imagen: presse

El significado y el lenguaje de los sueños, objeto de estudio del psicoanálisis e inspiración de muchos artistas, entre otros, los surrealistas, siguen siendo un misterio que no termina de develarse. Aún no sabemos por qué soñamos, si bien existen suposiciones bien fundadas de que los sueños son la posibilidad de elaborar los sucesos vividos durante el día. Otras teorías, en cambio, ven en el soñar un entrenamiento cerebral, y hasta una fuente de creatividad de la cual surgen extrañas historias, o mediante la cual podemos perfeccionarnos y vencer obstáculos.

Soñar lúcidamente no cuesta nada

Cierto es que los sueños le sacan la lengua a la física y a la moral, y si sabemos cómo dirigirlos, pueden convertirse en terreno de experimento y desarrollo de la personalidad. Según Daniel Erlacher, del Instituto de Investigación del Deporte de Heildelberg al periódico online Die Zeit: “Sólo hay que concientizarse de que uno está soñando”. Los científicos los llaman sueños lúcidos o sueños concientes. Que no es lo mismo que soñar despierto, ya que el soñar lúcidamente se realiza durmiendo. No resulta fácil realizar estudios sobre el soñar lúcido, ya que son pocos los que se prestan a pasar una noche en un laboratorio. En una encuesta reciente realizada en Austria, uno de cada cuatro entrevistados declaró haber soñado ya concientemente.

Ya en los años 80 Stephen LaBerge, de la Universidad de Stanford, EE.UU., probó que los sueños lúcidos no son inventos alocados, sino una realidad. Lo logró con voluntarios que pasaron una noche en un laboratorio. Estos debían darle una señal mirando dos veces hacia la derecha y dos veces hacia la izquierda cada vez que estuvieran concientes dentro de su sueño. Diferenciándose del movimiento descontrolado de la fase REM (Rapid Eye Movement), los ojos de los durmientes dieron la señal acordada.

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Paciente en un laboratorio de sueño.Imagen: DW-TV
Soñando para mejorar la calidad de vida

Ya que nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, no es mala idea aprovechar de vez en cuando los sueños para aprender, por ejemplo. Según Erlacher, “todo es tan real, que un entrenamiento en sueños es más efectivo que estando despiertos”. En cuanto al deporte, Erlacher pudo comprobar los resultados en soñantes lúcidos que hicieron flexiones de rodillas y cuyo pulso aumentó cinco veces por minuto. También conoce a un programador de videojuegos que viaja por los mundos virtuales en sueños para comprobar que todo esté en orden.

Interesante es la aplicación del sueño lúcido a pacientes con pesadillas. Brigitte Holzinger, del Instituto para la Investigación de la Conciencia y el Sueño de Viena, enseñó a dichos pacientes a soñar lúcidamente y refiere que “todos ellos durmieron mejor que los del grupo de pacientes sometidos a terapias tradicionales”. Una de las pacientes se habría enfrentado en su sueño con alguien que quería atacarla y, comprendiendo que podía reescribir el guión de su propio sueño, lo miró a los ojos, pudiendo vencer así su miedo a ser atacada. “A muchos pacientes los ayuda poder manejar concientemente sus sueños, ya que se reducen las pesadillas”, afirma Holzinger.

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Nuevos mundos se abren durante el sueño lúcido.Imagen: ZB

¿Cómo aprender a tener sueños lúcidos?

Una de las técnicas más populares es la de la reflexión: preguntarse constantemente si uno está soñando. Esta pregunta debe convertirse en parte del individuo de tal forma que se la plantee hasta en sueños y, llegado el momento, se la conteste afirmativamente. Otro método es usar unos anteojos llamados “Nova Dreamer”, portadores de unos sensores que, al reconocer las fases REM emiten reflejos intermitentes. El soñante los percibe con los ojos cerrados y los integra a su sueño. Si el sol comienza a titilar, esa es la señal de que ya se halla en el reino de los sueños.

Carlos Castaneda, alumno de un brujo Yaqui de la región mexicana de Sonora y autor de varios volúmenes en los que relata su aprendizaje con Don Juan, escribe en El Arte de Soñar: “Soñar sólo puede ser experimentado. Ya que soñar no significa simplemente tener sueños, ni tiene que ver con soñar despierto ni con imaginar lo que deseamos. A través del soñar percibimos otros mundos que podemos describir”.

Una de las pautas dadas por Don Juan, el brujo Yaqui, es mirarse las manos antes de dormir, y verlas mientras se está soñando, lo más claramente posible. De este modo se comenzaría a controlar la percepción conciente mientras dormimos. Entrar a otros mundos requiere conocer los trucos necesarios y un entrenamiento tenaz. Así, hay quienes tienen un talento natural para vivir sus sueños y controlarlos concientemente, mientras otros necesitan semanas o meses hasta lograrlo.