Los alemanes también adoran a Vincent van Gogh
23 de octubre de 2019La figura huraña de Van Gogh siempre resulta interesante. Su forma rítmica, pastosa y colorida de pintar, así como sus atrevidos motivos y composiciones inspiraron a toda una generación de artistas, incluyendo los pintores de los movimientos conocidos como "Die Brücke” y "Der Blaue Reiter”. Su historia de éxito no comenzó después de la muerte del pintor, sino que podría hablarse de una especie de estrategia mercadotécnica. El museo Städel de Fráncfort ilustra esta tesis, que no es enteramente nueva, con una exposición que lleva por título "Construyendo a Van Gogh. Historia de un amor”. Puede visitarse entre el 23 de octubre de 2019 y el 16 de febrero de 2020.
La muestra exhibe más de 120 dibujos y pinturas, entre ellas, 50 procedentes de todas las fases creativas del propio Van Gogh. Además, hay trabajos de admiradores, copistas, falsificadores y críticos, entre otros, Max Beckmann, Ernst Ludwig Kirchner, Alexéi von Javlenski, Gabriele Münter y Paula Mondersohn-Becker. El director del museo, Philipp Demandt, asegura que se trata de la "exposición más cara de todos los tiempos” del Städel de Fráncfort.
El éxito de Van Gogh en Alemania
Los curadores de la muestra, Alexander Elling y Felix Krämer, dividen en tres capítulos los resultados de sus investigaciones sobre el genio de la pintura y su relación con Alemania. "Van Gogh conquistó primero Alemania”, dice Krämer, que actualmente dirige el Palacio del Arte de Dusseldorf. La primera arquitecta de este éxito fue la muy bien relacionada cuñada del pintor, Johanna van Gogh-Bonger (1862-1925), que adquirió sus pinturas, sirvió de enlace con galeristas y museos y logró atención póstuma para su cuñado.
Este trabajo fructificó especialmente en Alemania: "La razón para ello era la conservadora situación del arte durante la época del imperio”, dice Krämer. Frente a los retratos, los paisajes y los motivos históricos, el contraste ofrecido por "la expresiva pintura de Van Gogh”. Gracias al meticuloso trabajo hecho para la exposición del Städel de Fráncfort, conocemos el papel de los galeristas, las compras de los coleccionistas privados y las aportaciones de los críticos de arte.
Arte "degenerado"
Hasta la Primera Guerra Mundial, las obras de Van Gogh estuvieron presentes en casi 120 exposiciones. Su presencia en la mítica exhibición extraordinaria de Colonia en 1912, en la que estuvieron representadas corrientes artísticas nuevas y antiguas, consolidó su fama de pionero de la modernidad. Los coleccionistas compraron obras suyas, sobre todo el industrial y mecenas Karl Ernst Osthaus. Le siguieron los museos públicos. Ni siquiera protestas artísticas, como la de Bremen, contra la introducción de obras modernas en las colecciones museísticas alemanas, pudieron frenar la exitosa expansión de Van Gogh en Alemania.
Su estilo pictórico cosechó numerosas críticas, sobre todo al principio, pero sus obras también fueron recibidas con entusiasmo. Actualmente, Van Gogh es una estrella mundial. Pero eso no hubiera sido posible sin la excelente recepción que tuvo en Alemania. "Y, sin Van Gogh, la historia de la modernidad alemana hubiera discurrido de otra manera”, dice Demandt, el director del museo Städel.
Durante la época del nazismo, la obra de Van Gogh fue catalogada como "degenerada”, lo que supuso un duro golpe para la institución. "El retrato del doctor Gachet”, una de sus obras más importantes, adquirida en 1911 por el Städel, fue confiscada. La actual exposición recuerda el capítulo más oscuro de la historia del arte alemana con un marco vacío. Quien quiera, puede hacer delante una selfie.
(ms/jov)
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