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Los alemanes dan más poder a los partidos pequeños

Manuela Kasper-Claridge
26 de septiembre de 2021

Los alemanes han votado por el cambio. La hegemonía del partido democristiano CDU y del socialdemócrata SPD ya es historia. Para Manuela Kasper-Claridge, es el momento de emprender transformaciones necesarias.

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Imagen: Christian Ohde/chromorange/picture alliance

El cambio ha llegado. El voto de los alemanes es inequívoco: adiós a los compromisos de mínimos de la gran coalición. Adelante con las grandes tareas de protección del clima, digitalización y la necesaria modernización de Alemania. Estos enormes retos ahora solo podrán abordarse de forma conjunta con los partidos pequeños, ya que, en todas las coaliciones posibles, tanto Los Verdes como los liberales tendrán un peso importante. Sin ellos, no será posible funcionar, y es bueno que así sea. Tal vez incluso surja a partir de ahora un nuevo centro liberal.

Los Verdes: una novia difícil de conquistar

El notable incremento del voto verde muestra claramente que el miedo a las consecuencias del cambio climático ha llegado a los votantes. Con el buen resultado obtenido, Los Verdes podrán acudir bien seguros de sí mismos a la mesa de negociación para formar gobierno. Son como la novia a la que todos cortejan y cuya dote puede resultar muy cara a los pretendientes. Pero, probablemente, Alemania está menos dispuesta de lo que Los Verdes esperaban para llevar a cabo transformaciones. Y menos aún si esas transformaciones cuestan dinero. El resultado electoral también es claro en ese sentido.

El poder de decisión de los liberales del FDP

Porque sin la participación del partido liberal FDP será casi imposible formar un nuevo gobierno. Los liberales se ven a sí mismos como los grandes desreguladores y quienes pueden frenar las pretensiones de Los Verdes. El FDP apuesta por el mercado, la digitalización y la desburocratización. Quiere proteger el clima sin subir los impuestos. Tendrán que explicar cómo hacerlo en las negociaciones para formar gobierno.

Manuela Kasper-Claridge
Manuela Kasper-Claridge es la redactora jefe de Deutsche Welle. Imagen: DW/R. Oberhammer

Los democristianos de la CDU/CSU, listos para pasar a la oposición

La derrota de los democristianos de la CDU y su partido hermano bávaro CSU es clara, a pesar de que la pérdida de votos ha sido menor de lo que pronosticaban la mayoría de las encuestas. La dramática pérdida de apoyo respecto a las elecciones de 2017 no puede banalizarse. Armin Laschet, el candidato a canciller por la CDU, no ha convencido a los votantes, a pesar de que ha sido un exitoso primer ministro del estado federado de Renania del Norte-Westfalia. También la CSU bávara ha sufrido un fuerte desplome. Su resultado es el peor en unas elecciones federales desde 1949. Tras 16 años de gobierno, la CDU/CSU está lista para pasar a la oposición. 

Posible coalición Jamaica

A pesar de ello, la CDU/CSU hará todo lo posible para formar gobierno en alianza con Los Verdes y el FDP, la conocida como coalición Jamaica, por los colores de los respectivos partidos: negro, verde y amarillo. Aunque la CDU/CSU sea la segunda fuerza más votada, es posible tal coalición. Lo decisivo es quién logra formar una coalición mayoritaria. En la historia de Alemania ha sucedido ya en tres ocasiones que ha habido un canciller de un partido que no ha sido el más votado en las elecciones.

Merkel 2.0

Eso será un reto para el socialdemócrata Olaf Scholz, cuyo partido ha sido el más votado. Aunque la victoria sea ajustada, ha protagonizado una remontada sin igual. Al principio de la campaña electoral, las encuestas situaban a los socialdemócratas con un 12 por ciento de los votos, pero Olaf Scholz logró dar la vuelta a los pronósticos, aunque no ha dejado claro qué es lo que él personalmente defiende y qué es lo importante para él. Es como una especie de Merkel 2.0; previsible, neutro, sin grandes emociones. Parece que esas cualidades han motivado a los votantes.

Posible coalición semáforo

Ahora Olaf Scholz debe mostrar lo que puede hacer. Si quiere ser el próximo canciller de Alemania, debe iniciar rápidamente negociaciones con Los Verdes y liberales para formar gobierno. Su objetivo es formar una coalición semáforo formada por el SPD, el FDP y Los Verdes con su colores rojo-amarillo-verde. No será sencillo, pues tendrá que hacer concesiones a los partidos pequeños tanto en la política sobre el clima como en la fiscal. Lo mismo tratará de hacer la CDU, que le pisa los talones en votos.

Resultado incierto

Todavía no se sabe quién ocupará la cancillería de Alemania los próximos cuatro años, pero los alemanes no quieren una prolongación de la política de Angela Merkel. El poder y la influencia de los grandes partidos CDU y SPD ha disminuído notablemente en comparación con tiempos pasados. La política alemana se vuelve más diversa, y eso supone una oportunidad para abordar los grandes temas del futuro. Un futuro digital y climáticamente más sensible.

(ms/chp)