India: tecnología para alejar a los monos merodeadores
8 de marzo de 2022Raghavendra Bhat dirige una granja ecológica rodeada de bosques a las afueras de Bangalore, la capital tecnológica del sur de India. Cuando Bhat dejó su trabajo de oficina para iniciar su propio negocio como agricultor, en 2014, no se imaginaba que tendría que enfrentarse a unos visitantes traviesos que causarían estragos en su parcela de 15 acres (unas 6 hectáreas).
Al principio, no le importaban las visitas, pero luego las cosas dieron un giro.
"En algún momento, empezaron a venir cientos de ellos a la plantación de plátanos. Poco a poco empezaron a introducirse en la casa, atacando a los trabajadores”, relata Bhat. "Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que estábamos ante una amenaza real y que teníamos que hacer algo”.
El agricultor se enfrentaba a una invasión de monos. A medida que aumentaban los ataques a su huerto, incluso empezó a reconocer a algunos de ellos individualmente.
"Uno de ellos no tiene cola y creo que es el líder. Cada año viene con un grupo más numeroso”, explica Bhat.
Animales salvajes en busca de comida
Los agricultores están acostumbrados a las plagas. Pero con el cambio climático y la invasión humana de los hábitats silvestres, que reducen las reservas de alimentos, cada vez son más los animales que asaltan las granjas que lindan con los bosques en busca de un tentempié. La mayoría de los agricultores ya están sufriendo pérdidas de cosecha en temporadas de lluvias irregulares. Y no pueden permitirse perder aún más cultivos a manos de animales salvajes. Los informes de prensa estiman que las pérdidas debidas a los ataques de la fauna silvestre ascienden a unos 270 millones de dólares (unos 243 millones de euros) en algunos estados de India, una carga asombrosa para los agricultores.
Los horticultores desesperados utilizan petardos, vallas eléctricas e incluso veneno contra los animales que asaltan sus tierras. Pero hay quien busca en la tecnología una solución más amable para burlar a cohabitantes inteligentes como los monos y los elefantes.
Caza de monos: captura y puesta en libertad
Bhat pierde alrededor de un 20 por ciento de sus ingresos por las invasiones de monos y elefantes que buscan comida. Las pérdidas podrían haberse duplicado si no hubiera tomado la extrema y laboriosa medida de poner cebos y enjaular a los monos cuando los ataques se hicieron intolerables, hace unos cinco años. De este modo, capturó unos 25 ejemplares, que transportó en su tractor y los liberó en un bosque situado a unos 100 kilómetros de distancia.
"No me importa si comen y se van”, dice Bhat. "Pero ya sean plátanos, guayabas, mangos o zapotes, los monos arrancan hasta diez frutas, les dan un mordisco y las tiran. A veces, se comen una fruta entera y a veces ninguna”.
Bhat se pregunta cómo pueden los agricultores hacer frente a la doble carga. Por un lado, de los ataques de animales y por otro, de los efectos del cambio climático. Casi el 90 por ciento de su reciente cosecha de guandú se pudrió debido al exceso de lluvias fuera de temporada.
"Imagínese que lo mismo le ocurre a un pequeño agricultor que depende únicamente de esos ingresos. Muchos de ellos suelen pedir un préstamo y tienen que pagarlo a pesar de las pérdidas”, explica Bhat. "Ahora imagine que los monos o cualquier otro animal salvaje dañan el diez por ciento restante. En esas condiciones, no podrá ni siquiera sobrevivir al año siguiente”.
En diciembre de 2021, un huésped que se alojaba en la granja de Bhat experimentó la amenaza de los monos y le recomendó un dispositivo bioacústico que se estaba probando en el norte de India para ahuyentar a los animales. El aparato, con sensor de movimiento y alimentado por energía solar, reproduce el rugido de leones, tigres, leopardos o incluso disparos para ahuyentar a los animales.
Bath se puso en contacto con SR Ayan, de Katidhan, la empresa fabricante de la tecnología. "¿Cómo se puede cambiar el comportamiento de un animal sin hacerle daño?”, se preguntó Ayan, fundador de la empresa. "Atacando sus sentidos”, y así es como encontró la solución.
Antes de dar con el dispositivo sonoro, el equipo de Ayan probó un aspersor que detectaba el movimiento y lanzaba un chorro de agua sobre los merodeadores, pero no tuvo el efecto deseado. "En un principio, cuando empezamos con este método, los monos se asustaron pensado que el agua venía hacia ellos. Pero al cabo de uno o dos días, empezaron a jugar con el agua”, explica Ayan.
Entonces recurrieron al sonido. Programaron el altavoz de forma que emitiera un sonido diferente cada semana, ya que los monos son muy inteligentes y podrían desenmascarar el engaño.
Un gasto elevado para mantener alejados a los animales
El dispositivo cuesta 130 dólares. Bhat puede permitírselo. Después de todo, el cambio de un trabajo de oficina por uno en el campo no fue una necesidad, sino una decisión de llevar una vida diferente. Muchos otros agricultores, sin embargo, carecen de medios. Más de la mitad de la población activa de India depende económicamente de la agricultura. Y apenas hay alternativas. La mayoría posee menos de dos hectáreas de tierra, aproximadamente el tamaño de un campo de fútbol, y lucha por llegar a fin de mes.
Desde 1980, se han producido 59.000 suicidios en India a causa del cambio climático, según un informe de la Universidad de California en Berkeley. El estudio de 2017 afirma que los agricultores no vieron otra salida debido a las malas cosechas y predice 67 suicidios adicionales por cada grado centígrado que aumente la temperatura en cada temporada de cosecha.
Malan Raut vive en el estado occidental indio de Maharashtra. Esta mujer de 35 años es propietaria de dos hectáreas de tierra en su mismo pueblo. Hace dos años, perdió toda su cosecha por las inundaciones. En 2021, cultivó alholva con la esperanza de recuperarse del golpe del año anterior. Esta vez no hubo inundaciones, pero llegaron los ciervos y destrozaron sus cultivos.
El pasado mes de agosto, Raut perdió unos 1.000 dólares por las incursiones de los venados en su huerto. "Los ciervos arrancaron todo y dejaron solamente los tallos”, explica. Así que recurrió a otra solución tecnológica, también con el sello de la empresa Katidhan, y donada por una cooperativa agrícola de mujeres.
Desde entonces, un espantapájaros vigila una hectárea de sus tierras. En lugar de una olla de barro como cabeza, posee un dispositivo cuadrado con una luz intermitente alimentada por energía solar que parpadea toda la noche, ahuyentando a los animales. Este año, las verduras de alholva de Raut han sobrevivido.
Acostumbrarse a las luces y los sonidos
Sin embargo, estos dispositivos también tienen sus inconvenientes. Los vecinos de Raut utilizan un dispositivo de sonido, similar al de Bhat pero más barato, para ahuyentar a los animales. Raut se queja de que eso arruina la paz y la tranquilidad. Aparte de que estos sistemas puedan ser molestos o no para los vecinos, los críticos alertan de que algunos animales pueden acostumbrarse fácilmente a estos sonidos.
Shaurabh Anand estudia los conflictos entre el ser humano y la fauna en India para el Instituto de Recursos Mundiales, un grupo ecologista con sede en Estados Unidos. Dice que, aunque los monos parecen asustados al principio, con el tiempo se desentienden de los ruidos y siguen asaltando las granjas con descaro. "Lo que hemos observado es que las medidas acústicas disuasorias no son eficaces con los monos”, afirma Anand.
Por ahora, Bhat ha colocado el ahuyentador de monos en un poste eléctrico de tres metros de altura en el extremo occidental de su granja. De este modo, el aparato está lo suficientemente lejos de su casa como para que no le moleste el ruido. Pero Bhat también ha notado que los monos se han acostumbrado al ruido. "He visto venir a los monos y huir en cuanto empieza el ruido”, dice. "Pero como son animales inteligentes, ahora evitan esa entrada y se introducen por otros accesos”.
(ar/cp)