¡Loquitos por bailar!
14 de enero de 2009Los festivales de danza, que combinan usualmente espectáculo e instrucción, proliferan. Los danceworkshops son desde hace mucho un pasatiempo común en el país. El público oscila básicamente entre los 30 y los 60 años. Las estadísticas resaltan que entre la generación más joven –entre los 15 y los 20- ha vuelto a ser cool bailar, por ejemplo, vals. Y las escuelas de baile han acabado por desempolvar sus salones y encerar sus pisos.
Miles y miles de bailadores
Así, en las instalaciones del Europa Park –un parque de atracciones al más puro estilo disneylandiano que se encuentra en Rust, cerca de Friburgo- se verá sobre la pista a parejas de profesionales y otras que no lo son tanto girar, dar vueltas, ensayar posturas y nuevos pasos de los bailes de salón más en boga en Alemania. Con 4500 inscripciones cuenta el festival informa a DW-WORLD un representante del Euro Dance Festival: el 70 por ciento de ellos provienen de diversos puntos de Alemania, el 15% de Austria y Suiza.
Aunque los más jóvenes –entre los 13 y los 18 años- se inclinan mayormente por el hip-hop y el breakdance –que no se baila en pareja-, entre el 70 y el 80% del público va de la mano de alguien a estos talleres que diferencian cuatro niveles: el primero es el novato y el cuarto incluye a ganadores de campeonatos internacionales.
Éste, que según sus organizadores es el mayor festival de este tipo en Europa, cuenta con unos 2000 participantes al día. Se ofrece todo lo que se requiere: las llamadas estándar (vals, tango, vals vienés, slow fox, foxtrott y quickstep), step, flamenco y salsa –que la Asociación Alemana de Profesores de Baile ha declarado la danza del año 2009.
Nadie les quita lo bailado
Cabe resaltar que el público que acude al festival del Europa Park -que en estas fechas solía tener cerradas sus puertas y vacíos sus cuatro hoteles de varias estrellas- complementan los deslizamientos, vueltas, giros, pasos nuevos…. con vacaciones al sur de Alemania.
De “un redescubierto placer en pareja” lo califican en los medios alemanes; las escuelas de danza, Tanzschulen, han revivido. A las generaciones más jóvenes les gusta aprender a moverse con elegancia y más o menos pegadito, y aunque esto último no calza tanto con el hip hop o el breakdance, éstas también han entrado a formar parte del repertorio de danzas de salón que, en el último escalón de la perfección y las reglas, esperan llegar a ser un deporte olímpico. En el nivel que fuere, claro queda que a juzgar por la gran acogida que tienen estos festivales... los alemanes se están volviendo loquitos por bailar.