Lo imperdible en los mercadillos navideños
Pan de miel, vino caliente, salchichas... Todo eso es típico de los mercadillos de Navidad alemanes. En esta galería de fotos le mostramos lo que no puede perderse por ningún motivo.
Paraíso para hacer compras
Los puestos con artesanías, adornos, cerámicas y juguetes son mayoría en los mercadillos navideños. Quien tiene tiempo para buscar, seguramente encontrará uno que otro objeto para regalar en Navidad.
La salchicha: un clásico alemán
La degustación de especialidades es parte de una visita a un mercadillo navideño. Para muchos, una salchicha con un panecillo y mucha mostaza y ketchup es algo obligatorio. En muchos sitios se ofrece entretanto una variante sin carne, para los vegetarianos. En el mercadillo navideño de Bonn, uno de cada ocho puestos ofrece comida.
¿Peligra el pan de especias?
Siempre viene bien para endulzar el paseo: el pan de especias o pan de jengibre (Lebkuchen). El más conocido es el de Núremberg. Aunque se lo encuentra en distintas variaciones en cada mercadillo de Navidad alemán, la producción de esta deliciosa especialidad ha ido en continuo retroceso en los últimos años.
"Printen" de Aquisgrán
Las "Printen" son el equivalente de Aquisgrán al "Lebkuchen" de Núremberg. Dependiendo de la forma en que se empaquen, estas galletas se ponen duras o blandas. El nombre de "Printen" viene del holandés "prent", que quiere decir algo así como "imprimir". Originariamente se daba a las galletas su forma tradicional con moldes de madera artísticamente tallados.
El rey de los panes dulces
Todos deberían probar un trozo de "Stollen". La estrella entre estos panes dulces navideños proviene de Dresde. Cuenta la leyenda que en la Edad Media esta típica golosina era un bocado para tiempos de ayuno, ya que en ese entonces constaba solo de harina, levadura y agua. En 1491, el Papa Inocencio VIII autorizó a los panaderos de Dresde el uso de la mantequilla.
Importación de Francia
Son delgadísimas y se preparan sobre una plancha de hierro: las crepas o "crêpes". Esta especialidad es de origen bretón, pero entretanto se ha arraigado en las zonas peatonales de las ciudades alemanas. También está presente en los mercadillos de Navidad, donde se puede saborear en múltiples variaciones. La más típica: espolvoreada con azúcar y canela.
Blanco o tinto
Los vendedores de vino caliente tienen un papel clave. Esa bebida a base de vino tinto o blanco, o con un chorrito de aguardiente, es la principal motivación de algunas personas para acudir a los mercadillos de Navidad. Se dice que cada alemán bebe medio litro de "Glühwein" al año, pero prácticamente nadie quiere dar a conocer las cifras exactas de ventas.
Clave musical
Cuando junto al puesto de "Glühwein" resuena en los parlantes "Last Christmas", de "Wham!", no todos se alegran. Mucho más ambiente navideño se percibe cuando orquestas y coros ofrecen música en vivo. En Bonn, por ejemplo, una orquesta de viento toca villancicos cada sábado de adviento. En la foto se ve al grupo "Frisch Glück" tocando en la ciudad de Annaberg-Buchholz.
Luz en la oscuridad invernal
Incluso aquellos que no tienen ganas de consumir ni de degustar sabrosas especialidades harían bien en darse una vueltita por un mercadillo de Navidad, para empaparse de su atmósfera. Muchos de ellos se han engalanado con hermosas guirnaldas de luces e instalaciones lumínicas navideñas. La foto muestra el mercadillo de Navidad de Dresde.