Literatura entre el eros y la política: Tununa Mercado en Leipzig
22 de marzo de 2010Tununa Mercado nació en Córdoba, Argentina, en 1939 y se la considera una de las más importantes escritoras argentinas contemporáneas. En sus obras, se confronta con los más oscuros capítulos de la historia argentina: la dictadura militar (1976-1983). La autora vivió catorce años exiliada en México, donde trabajó también como periodista, regresando a su país en 1987.
DW-WORLD: ¿Qué significa para usted estar presente en la Feria del Libro de Leipzig 2010?
Tununa Mercado: Cuando me invitaron me pareció interesante integrar un grupo de escritores que van a trabajar pensando en el bicentenario, en la literatura argentina en el siglo veintiuno. Me pareció muy inquietante. Pero lo que más gustó es que fuera en Leipzig, donde yo estuve alguna vez, y la idea de que voy a arrodillarme en la tumba de Bach fue el motivador más fuerte, más allá del bicentenario. Estuve en Leipzig invitada por la Universidad y el Instituto Iberoamericano con Noé Jitrik, mi marido. En otra oportunidad estuve con un grupo de escritores invitados por las Culturas del Mundo, un grupo con gente como Tomás Eloy Martínez, periodista y escritor que ha muerto hace poco y todavía lloramos. También estaban Juan Pons, Juan José Saer y Reina Roffé, de España, entre otros. Así conocí Leipzig y también Rostock.
En esta vuelta en la Feria de Leipzig, varios escritores hablarán sobre el destierro, el exilio y la memoria en referencia a la dictadura militar argentina. ¿Cómo fue su exilio?
Hubo un primer exilio, que fue en el año 1966 con el golpe del general Onganía, cuando echaron a profesores de las universidades argentinas, y nos fuimos tres años a Besançon, Francia, a enseñar allí. Después, a fines del 74, cuando la Triple A (*), nos fuimos a México y regresamos en el año 1987. Estuvimos en México cerca de 14 años.
¿Cree que hay algo así como una literatura argentina del destierro?
Bueno, en el destierro se jugó la suerte de mucha gente que escribía y hacía literatura, sobre todo investigadores y críticos. Fue una experiencia de integración en México, un país muy generoso que permitió que escribiéramos, trabajáramos y publicáramos. Sí hubo un grupo de escritores y también un contacto permanente con lo que estaba pasando en Argentina. Es decir, que el exilio se vivió tanto en España como en México y hasta en Suecia, en este último caso, una experiencia muy diferente a vivirlo en un país de habla hispana como México, donde nosotros podíamos participar de la cultura de ese país.
En cuanto a su producción literaria, ¿cómo influyó el exilio en ésta?
No bien llegué a México empecé a buscar colaborar con algunos periódicos. Ya había sido periodista en Argentina, en el diario La Opinión, cuyo director, Jacobo Timerman, fue secuestrado (por un grupo paramilitar dependiente del entonces coronel Ramón Camps en 1977, N. de la R.). En México pude colaborar con distintos medios y comencé a traducir. En Argentina había publicado un solo libro en 1977, y en México comencé a escribir mi libro “Canon de alcoba”, una serie de textos muy heterodoxos, en donde entra la literatura erótica, con pequeños poemas en prosa. Cuando regresé a Buenos Aires se dio esta existencia para la memoria, y escribí el libro “En estado de memoria”, en donde hice un recuento de lo que había sido la vida en México y el regreso. Es un relato que no podría llamar yo “novelístico”. Tiene mucho de ficción, lo cual no tergiversa para nada los hechos, pero no fue un testimonio crudo, sino trabajado desde mi subjetividad.
Su literatura está entre lo político, el deseo y lo erótico. ¿Cree que son estos elementos de algo que puede marcar una llamada “literatura femenina”? ¿Cree que existe una literatura femenina?
Yo no me lo he planteado así en el momento en que escribía. Pero la crítica tomó en algún momento “Canon de Alcoba” como un ejemplo de literatura o de erótica femenina, escrita con una visión de mujer. Pero yo no podría asegurar que existe una literatura femenina, me costaría decirlo. La relación entre política y eros, por así decirlo, creo que está en mi desarrollo como escritora y en mi escritura. Después de ese libro escribí un ensayo y una pequeña novela de infancia llamada “La madriguera”, y en el último libro que escribí ya hay un compromiso mayor con una búsqueda que se parece a una novela, aunque es difícil categorizar lo que hago. Se trata de “Yo nunca te prometí la eternidad”, que tiene que ver con la Guerra Mundial en 1939, una historia de refugiados políticos alemanes, judíos, una especie de éxodo de una madre con su hijo en el que el niño se pierde. También de gente que ha participado en la Guerra Civil española, brigadistas internacionales. Y finalmente, el exilio en México de toda esa gente como refugiados. Esa es la culminación de todo un trayecto que tiene que ver con la historia de nuestro tiempo. Es algo que yo creía tener claro, pero, a partir de este libro, creo que hubo un crecimiento en mí por el tipo de libros que tuve que leer para documentarme. Entre eros y política ha transcurrido un poco mi historia como escritora.
En la Feria del Libro de Leipzig usted va a hablar sobre la escritora argentina Norah Lange, escritora de vanguardia que rompió con el tabú aquel que decía que las mujeres no podían escribir prosa, sino sólo poesía, y que fue la mujer del gran poeta Oliverio Girondo. ¿En qué se enfoca esta charla?
En Leipzig se va a presentar la traducción de los” Cuadernos de Infancia” de Norah Lange. La traductora, Inka Marter, estará conmigo en un diálogo alrededor de esta presentación y vamos a hablar ambas de “Cuadernos de Infancia”, tratando de relatar su trayectoria, de su vínculo con el grupo literario de los Martinfierristas y de su pertenencia a esa élite tan particular, a la que también pertenecía Oliverio Girondo, entre otros escritores argentinos. Tengo que decir que, para mí, Norah Lange ha sido una revelación, porque no había leído su obra y, de hecho, todavía le soy deudora, ya que sólo me dio tiempo para leer algunos de sus poemas y “Cuadernos de infancia”.
(*) N. de la R.: Triple A: Alianza Anticomunista Argentina, agrupación paramilitar de extrema derecha que actuó dentro del peronismo en los años 70, responsable de secuestros, asesinatos, atentados terroristas y otros delitos de lesa humanidad, liderada desde fines del año 1973 por José López Rega, ministro del Gobierno de Juan Domingo Perón.
Entrevista: Cristina Papaleo
Editor: Enrique López Magallón