Lesbos se prepara para recibir al Papa en medio de tensiones
15 de abril de 2016Las esperanzas de los griegos, así como de las ONG activas en la ayuda a los refugiados, está puesta en que Francisco sea fiel a la línea crítica que ha venido manteniendo hasta ahora. "Durante su visita, Francisco destacará el papel crucial que tiene la solidaridad local e internacional", pero también "debe hablar sobre las violaciones, el miedo y la incertidumbre que sufren miles de refugiados y migrantes atrapados en el limbo en Lesbos y en otros lugares en Grecia", señaló Gauri van Gulik, subdirector de Amnistía Internacional para Europa.
Una clara señal de que el papa posiblemente no se limite a pronunciar unas palabras inocuas es la decisión de visitar junto al Patriarca de Constantinopla y al Arzobispo de Atenas y Toda Grecia nada menos que el centro de detención de Moria y no el campamento abierto de Kara Tepe. Allí, están hacinadas unas 3.000 personas, alejadas de la mirada de la opinión pública.
El marginado campo de Moria
En Moria, el papa, el patriarca y el arzobispo de Atenas, Jerónimo, saludarán personalmente a unas 250 personas y luego comerán con algunos refugiados, y además firmarán una declaración conjunta, en la que se espera envíen un fuerte mensaje a los líderes internacionales.
A su llegada hoy a Lesbos, el arzobispo Jerónimo recalcó que el objetivo de esta iniciativa de visitar la isla es internacionalizar el problema de los refugiados, que no solo incumbe a Grecia, sino a Europa y todo el mundo.
Tan solo algunas ONG han podido acceder hasta ahora al campo de Moria, convertido ahora en centro de detención. El campamento de Moria ya era lugar de "parias" antes del acuerdo UE-Turquía, pues desde que estalló la crisis en verano pasado, siempre ha albergado a personas consideradas como potenciales migrantes económicos y refugiados no sirios. Los sirios eran trasladados a Kara Tepe, un campamento que a día de hoy continúa siendo un centro abierto, pero que ahora alberga a unas 1.000 personas de grupos vulnerables de todas las nacionalidades, básicamente mujeres con sus niños y embarazadas. El director de este campamento, Stavros Miloyannis, dijo a EFE que todas las personas que pertenecen a grupos vulnerables han sido trasladadas de Moria a Kara Tepe.
Acicalan la isla
En su visita a este centro el papa y los otros dos líderes religiosos no tendrán por tanto que presenciar las escenas vividas en las últimas semanas de mujeres y niños clamando libertad desde la verja con alambre de espino que rodea este centro. La operación de remozado no se ha limitado al interior de este centro, sino también a los muros de cemento que lo rodean. En los últimos días, trabajadores municipales se han afanado en blanquear los muros y han borrado algunas de las pintadas que se podían leer, como por ejemplo, "Ningún ser humano es ilegal". El acicalado es también visible en la capital de la isla, Mitilene, donde los árboles han sido podados y se ha pedido a los propietarios de todos los vehículos aparcados en el centro a despejar la zona los días 15 y 16 debido a la visita de "personalidades oficiales".
En cualquier caso, para Lesbos, cuya población ha sido nominada al Premio Nobel de la Paz por su fuerte implicación en la gestión de esta crisis, la visita de Francisco es un reconocimiento histórico, independientemente de que los griegos sean ortodoxos y que muchas personas "no están listas" para superar las divisiones dogmáticas, como reconoció Jerónimo antes de la visita.
En declaraciones a Efe, el alcalde de Lesbos, Spyros Galinós, habló de una visita "histórica" que "premia todos los esfuerzos que hemos realizado" y permite a esta isla enviar un "mensaje de paz".
Noche tensa
Un día antes de que el papa Francisco visite Grecia, la situación en los campos de refugiados del país sigue siendo tensa: durante la noche del jueves se produjeron riñas entre los habitantes del campamento de El Pireo. Una persona fue hospitalizada con heridas de cuchillo en el campamento de la ciudad portuaria griega, informaron medios locales. El Gobierno griego logró en los últimos días persuadir a unas 1.000 personas de que se trasladaran a campamentos organizados. Sin embargo, más de 3.700 migrantes y refugiados siguen hacinados en el puerto de El Pireo. La policía ha comenzado a sellar su documentación, para evitar que se puedan registrar otros refugiados.
El objetivo es desmontar ese campamento pero los refugiados se niegan, pues temen acabar "olvidados" en los centros organizados por el Estado, de los que además critican el estado en el que se encuentran.
JC (EFE, dpa)