Latinoamérica, Alemania y la ONU

El periódico holandés De Volkskrant comenta que, pese a la ausencia de Fidel Castro en la cumbre de Guadalajara, Cuba tiene motivo de satisfacción: "La Habana puede estar plenamente satisfecha con el halo anti-estadounidense que emana de la declaración final. Muchos de los 140 párrafos denotan críticas a Estados Unidos, si bien ese país no es nombrado por su nombre. La mayoría de los reproches no tienen relación con el objetivo del encuentro, destinado al acercamiento de ambos continentes. Pero América Latina siempre ha querido mantener cierta distancia de su poderoso vecino del norte.(...) Europa desea poner pie, en el aspecto económico, en el patio trasero de Estados Unidos.(...) Un poco de retórica anti-estadounidense no viene mal para incentivar el entusiasmo de los latinoamericanos."

Fortalecimiento de la ONU

El matutino alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort del Meno, apunta: "Si somos sinceros, Europa y Latinoamérica no tienen demasiados intereses comunes. No obstante, una cosa es bien recibida por el electorado de ambos continentes: la crítica contra Estados Unidos. Así, no es de extrañar que en la cumbre de Guadalajara se haya hablado mucho de fortalecer a las Naciones Unidas y se haya reprochado la acción unilateral. (...) El canciller alemán no se ha apartado hasta ahora de la línea de su campaña electoral, en cuanto a que Alemania no tomará parte en operaciones militares en Irak, ni aunque la ONU las apruebe.(...) Sigue siendo un misterio cómo pretende conciliar Schröder su unilateralismo personal con el deseo de contar con un asiento permanente en el Consejo de Seguridad. No habrá reforma de la ONU sin Washington. Y allí se espera, según acaba de reiterar Rumsfeld, más apoyo de aliados y amigos en Irak."

Aspiraciones alemanas

La edición alemana del Financial Times considera lógico que Alemania desee contar con un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y opina: "La aspiración alemana es legítima, pero sólo bajo dos condiciones. Quien quiere tener voz y voto en primera fila, también debe estar dispuesto a efectuar un aporte adecuado. Y eso no se puede hacer con los actuales presupuestos destinados a Relaciones Exteriores, Defensa y Desarrollo. Además, socialdemócratas y verdes establecieron, en el acuerdo de coalición, que la Unión Europea debería ser miembro permanente del Consejo de Seguridad. Al fin y al cabo, en el contexto europeo es donde mejor resguardados están los intereses alemanes. Pero, por el momento, no se puede conseguir eso. No obstante, la reforma de la institución se avecina; la comisión del secretario general de la ONU, Kofi Annan, entregará su informe al respecto en otoño. El gobierno alemán debe aprovechar esa brecha. Y debería comprometerse a entregar lo antes posible el asiento a la Unión Europea. No vaya a ser cosa de que el loable objetivo caiga en el olvido apenas se haya logrado ingresar al exclusivo club."

¿Recursos disponibles?

El periódico Rheinpfalz, de Ludwigshafen, se pregunta por qué desea Alemania entrar en ese círculo y comenta: "Está claro que quien quiera actuar en el escenario mundial, debe disponer de los recursos suficientes. Eso no sólo vale para el equipamiento del ejército, aunque también en el siglo XXI tiene vigencia la constatación de que, sin la posibilidad de amenazar con sanciones, la diplomacia suele ser una espada roma. Pero no se trata sólo de la solución de conflictos, sino también de la lucha mundial contra el hambre, contra el SIDA y en pro de mejores oportunidades de educación. Si eso es lo que quiere la coalición, debería decírselo a los ciudadanos. Y debería explicar a la gente que todo ello consume recursos...."