Lastres explosivos de la II Guerra Mundial
30 de agosto de 2012Expertos estiman que en Alemania todavía yacen ocultas bajo tierra o en el agua alrededor de 100.000 bombas que fueron lanzadas sobre el país germano durante los seis años que duró la Segunda Guerra Mundial. La Liga Alemana para la Protección del Medio Ambiente y de la Naturaleza (BUND, según sus siglas en alemán) calcula que tan sólo en el Mar Báltico se encuentran todavía 40.000 toneladas de agentes químicos de municiones lanzadas al mar durante la Guerra Fría, después de 1945, por los Aliados y por la República Democrática Alemana (RDA).
Apenas este 29 de agosto de 2012 se detonó controladamente una bomba aérea de 250 kilogramos, en Múnich, después de que expertos no lograran desactivarla. Un día antes, obreros habían encontrado el artefacto explosivo a un metro de profundidad en la tierra. La bomba tenía una espoleta química retardada, lo que la hizo más difícil de desactivar.
La mayor evacuación desde la Segunda Guerra Mundial
En noviembre del 2011, 45.000 personas tuvieron que ser evacuadas después de descubrirse una bomba de 1.400 kilogramos en Coblenza, a orillas del Rin. Es probable que en el estado de Renania del Norte-Westfalia todavía se encuentre la mayor cantidad de bombas activadas, ya que allí se concentraron las plantas industriales y de producción de armas durante el régimen nazi. Por eso, casi la mitad de los ataques aéreos de las Fuerzas Aliadas se llevaron a cabo a lo largo del Rin.
Una bomba de relojería
También los barcos cargados con artefactos explosivos, que fueron hundidos, son bombas de relojería. Contienen materiales tóxicos como gas mostaza y gas sarín. “Los agentes detonantes químicos empiezan a oxidarse cuando están a la intemperie”, dice Armin Gebhard, asesor técnico para la eliminación de armas del ministerio del Interior de Renania del Norte-Westfalia. “Pero a causa de la corrosión progresiva de sus capas existe el peligro de que se contaminen el agua y la tierra”, añade. Además, el explosivo puede conservar su fuerza destructiva, y eso lo hace cada vez más difícil y peligroso de desactivar.
Detección y eliminación de armas
La eliminación de los explosivos le compete a los Länder, los estados federados alemanes. “A diario detectamos pequeñas granadas y municiones, pero esto sucede sin que la población se entere”, cuenta Stefanie Paul, portavoz del gobierno distrital de Düsseldorf.
Los expertos en desactivación de explosivos se tienen que acercar con cautela para averiguar de qué tipo de arma se trata, cómo se detona y en qué condiciones se encuentra. Después determinan la cantidad del explosivo. En la mayoría de los casos, los expertos desmontan los detonantes manualmente, mediante una construcción con una cuerda o un mando a distancia, antes de desechar la bomba.
“En 2010, tan sólo Renania del Norte-Westfalia gastó 21 millones de euros en la eliminación de bombas”, explica Claudia Roth del Ministerio del Interior del Land en Düsseldorf. Los expertos están de acuerdo en que todavía pasarán décadas hasta que todos esos lastres explosivos de la guerra hayan sido detectados y eliminados.
Autora: Karin Jäger/ VC
Editora: Cristina Papaleo