Las vacas felices venden

Ante el comienzo de la feria "Grüne Woche" (Semana Verde), la Oficina Central de Información sobre Mercados y Precios (ZMP) indica que también en el año 2002 los productos ecológicos ganaron terreno. En el fondo no es de extrañar, porque muchos alemanes creen que los frutos de la agricultura ecológica son más sanos y saben mejor. El hecho de que sin embargo esta noticia se escuche con alivio, se debe a los temores que sacudían a la industria 'bio' después de uno de los grandes escándalos alimentarios ocurridos en Alemania.

A mitad del año 2002 estalló el escándalo del nitrófeno, cuando en algunos productos de granjas ecológicas se descubrió el plaguicida cancerígeno. La contaminación procedía de una empresa productora de piensos, que los almacenaba en bodegas donde antes había residuos químicos y que los vendió a los agricultores. Aunque en el sentido estricto no era culpable la industria 'bio', sino la industria convencional de piensos, a la primera le afectó mucho el escándalo.

Productos 'bio' para todos

Pero ahora resulta que, mucho antes de lo que se predecía, vuelve a crecer el porcentaje de estos alimentos en el mercado germano. El diario alemán Handelsblatt informa, citando a la ZMP, que el año pasado los productores 'bio' disfrutaron de un crecimiento del 10 por ciento en el volumen de negocios. De este modo, los productos ecológicos alcanzaron un 2,3 por ciento del total del volumen de ventas de la industria alimentaria.

Lo que favoreció a los productos es que se empezó a comercializarlos de una forma más profesional. Si antes sólo se podían comprar en tiendas especializadas y, por ende, caras, ahora las cosas han cambiado. Los diferentes pequeños productores se han juntado en colectividades, para vender sus huevos, quesos o verduras bajo un solo sello reconocible y a precios más económicos, lo que les abre las puertas a los supermercados normales.

¿Gallinas felices o huevos baratos?

Si el marco de condiciones es favorable, para los años venideros se siguen esperando constantes aunque modestos aumentos en la demanda. Pero no está claro en qué medida podrán aprovechar los agricultores la simpatía que sienten los alemanes por una agricultura que vela porque pollos y vacas vivan felices. La ZMP subraya que del dicho al hecho hay un gran trecho: aunque el 90 por ciento de la población está en contra de la cría de aves en batería, la mayoría compra los huevos baratos que proceden de las jaulas.