Las llaman las “mamás solares” porque han llevado la luz eléctrica a sus remotas comunidades. Son campesinas indígenas de los departamentos de Quiché y Huehuetenango en Guatemala. Para poder hacerlo aprendieron a fabricar paneles solares y lámparas portátiles en la India, muy lejos de sus poblaciones y sus familias, apoyadas por una ONG. Y tuvieron que romper con prejuicios culturales y de género.