En el mapa, Laponia aparece como una gran mancha verde. Pero, cuanto más nos adentramos en la región fronteriza entre Suecia y Finlandia, más claros de bosque descubrimos. Un responsable es Sveaskog, el mayor propietario de bosques de Suecia. Durante meses, las acciones de Greenpeace pusieron en jaque a la empresa estatal sueca. También los sami luchan por salvar los últimos pastos de invierno de sus renos. Finlandia, por su parte, muestra que hay alternativas. Hace 20 años, en la localidad de Inari se produjo una revuelta contra la deforestación. Con éxito. Una parte del bosque virgen se salvó de acabar convertido en papel higiénico, vasos desechables o periódicos. Y finalmente, también Sveaskog ha dado su brazo a torcer. El consorcio sueco anunció que en los próximos años talará menos árboles y que dejará más zonas para el pastoreo tradicional de los nativos sami. El bosque volverá a ser la cuna de cientos de bebés de reno.