La última larga noche para salvar a Grecia
22 de junio de 2018No podía ser de otra manera: larguísima fue la sesión nocturna en la que logró un último acuerdo acerca de Grecia y sus precarias finanzas. El ministro griego de Finanzas, Euklid Taskalotos, y sus colegas del eurogrupo discutieron cada detalle del último pago al país heleno.
En los últimos ocho años han sido 274 mil millones de euros los que los socios europeos y el Fondo Monetario Internacional han puesto a su disposición. "Son inolvidables las horas, días y noches que hemos pasado en los últimos años y la energía que hemos invertido en combatir los peligros para la eurozona”, dijo en Luxemburgo el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici.
Con el último pago de 15 mil millones de euros se cierran el tercer paquete de ayuda a Atenas y el paraguas común para salvar el euro.
No obstante, pasarán varias décadas antes de que Grecia pueda pagar por lo menos parte de estos créditos y reducir una deuda que asciende a 178 de su PIB.
Por eso, en este último pago se incluye un "colchón” que el gobierno deberá utilizar para aparecer como un deudor fiable en los mercados de capitales. A partir del 21 de agosto, Grecia podrá optar sola por préstamos para refinanciar sus deudas. De no lograrlo, puede utilizar estos fondos que cubrirían unos 15 meses su necesidad de financimiento.
Según el ministro alemán de Finanzas, el socialdemócrata Olaf Scholz, el último pago a Grecia no debía ser demasido generoso. "Su desarrollo ha sido bueno. Hemos logrado con nuestra solidaridad que el país se ponga en pie. Es una buena noticia para el euro y para Europa”, afirmó Scholz y se mostró dispuesto a entregar a Grecia una parte de los intereses que ganó el Bundesbank con los bonos griegos.
El Banco Central Europeo (BCE) compró entre 2010 y 2012 bonos griegos que han traido miles de millones en intereses. Para Alemania han sido 2.900 millones.
Desde el 2010 ha habido tres paquetes de ayuda y una condonocación de deuda. Con esto se ha impedido la quiebra de Grecia, algo que en el verano 2015 parecía inminente. A cambio, Atenas debió acometer recortes drásticos en su presupuesto y reformas profundas. "Hoy es un día histórico para Grecia y para la Eurozona”, subrayó Moscovici. "Hemos dejado atrás la crisis”, agregó.
Grecia coopera
El los últimos tres años, el gobierno izquierdista de Alexis Tsipras ha tenido que aprobar 450 leyes para hacer frente a las condiciones impuestas. Después de su triunfo en 2015, Tsipras intentó amotinarse contra los socios europeos. Cuatro meses después tuvo que recular. Hoy el mandatario heleno se muestra muy cooperativo, aunque la privatización de las empresas estatales se lleve a cabo –en contra de lo acordado con sus acreedores del 2015- más bien en cámara lenta.
"Después de ocho años de crisis sabemos cuáles reformas fueron buenas para nosotros. Quizás lo sepamos mejor que la UE y el FMI. No vamos a volver al punto de 2010”, dijo Tsipras al diario alemán Welt am Sonntag. Como fuere, el pago de los créditos europeos fue aplazado por diez años, con intereses muy bajos.
Una condonación total, como exigía Atenas en un principio, no habrá. Alemania fue uno de los socios que se negó a ello. "Grecia ha cumplido. Ahora nos toca a nosotros buscar el mejor camino para tratar esa deuda”, declaró por su parte Bruno Le Maire, ministro francés de Finanzas.
Entre los compromisos que ha asumido Grecia está velar por varias décadas por la disciplina fiscal y mantener un superávit primario de 2,2-2,5. Sólo así, opinan sus acreedores, Grecia podrá logar en algún momento disminuir su deuda. Tanto la Comisión Europea como el Mecanismo Europeo de Estabilidad seguirán monitoreando de cerca a Grecia.
Con todo, el gobierno heleno volverá a tener margen. Tsipras ha anunciado ya ayudas sociales para los más débiles.
Según Zsolt Darvas, economista del think tank Bruegel con sede en Bruselas, indica que el crecimiento económico griego es mayor al esperado. Lo que el país necesita, en su opinión, son inversones en maquinaria, equipos e infraestructura para consolidar ese crecimiento. "Grecia tiene que volverse más atractiva para los inversionistas extranjeros”, apunta Darvas.
Autor. Bernd Riegert (mb/el)