La vuelta al mundo con la cámara de Hans Helfritz
A mediados del siglo XX, sitios como Isla de Pascua o la Antártica eran poco visitados y los registros visuales muy escasos. La fotografía de Hans Helfritz reveló al mundo estos lugares.
Siguiendo la tradición
Hans Helfritz nació en 1902 en Chemnitz, estado de Sajonia. Su padre era banquero y para seguir con la tradición familiar, Helfritz estudió contabilidad, pese a que no era su pasión. “Odiaba los números e incluso llegaba a soñar con ellos”, confesó más tarde.
Primera aventura
Sin pensarlo tanto, juntó dinero y se mudó a Berlín, donde estudió composición y contrabajo. Más tarde, en 1929, emprendió uno de sus primeros y más importantes viajes hacia el Oriente Medio. Allí descubrió su pasión por la fotografía y el cine.
Viajar sin parar
Después de recorrer el Oriente Medio y ser de los primeros fotógrafos en registrar a beduinos en Yemen, Helfritz inició su aventura por el mundo. No dejó de viajar nunca, y más tarde se marchó a Latinoamérica. En la foto, un registro inédito de 1946 en la Isla de Pascua.
Sin retorno
En 1939, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Hans Helfritz se encontraba en Bolivia, preparando un libro y algunos cortometrajes de sus travesías por Centroamérica y Sudamérica. Por miedo a ser perseguido por el régimen nazi, decidió finalmente no regresar a Alemania.
Nuevo hogar
De Bolivia emigra a Chile, donde se queda por 20 años. Allí se convierte en fotógrafo oficial de expediciones científicas, como la primera a la Antártica, en enero de 1947, organizada por el gobierno de Gabriel Gonzáles Videla.
Retratos
Más allá de los paisajes, a Helfritz le interesan las personas. Destacan los retratos de indígenas, isleños y campesinos de la zona central chilena. En sus bitácoras alerta de la extinción de grupos étnicos como los alacalufes y yaganes. En la foto, una joven yagán que posó para él durante su visita a Tierra del Fuego.
Un libro por viaje
Helfritz escribió libros de casi todos sus viajes. Además de las fotografías, se dedicaba a estudiar las costumbres de cada país y, en su rol de compositor, también analizaba la música local. “Su trabajo recopilatorio-etnográfico tiene un tremendo valor”, dice a DW Tania Basterrica, investigadora chilena.
Doble nacionalidad
Hans Helfritz recibió la nacionalidad chilena en 1948. En su segunda patria abrió un estudio fotográfico y ganó prestigio con su trabajo. También desarrolló actividades musicales y compuso algunas tonadas en cooperación con otros artistas. En la foto, mujeres de la Isla de Pascua, durante su estadía en 1946.
Adiós, Chile
Pese a que en Chile pasó los mejores años de su vida, y como él mismo reveló en su biografía, Hans Helfritz dejó el país a causa de la alta inflación e inestabilidad política de entonces. En 1959 partió rumbo a Ibiza, donde pasó sus últimos años componiendo y escribiendo artículos en revistas de turismo.
Últimos años
Pese a su avanzada edad, Hans Helfritz seguía activo y recorriendo lugares. Después de escribir su autobiografía, viajó a Chile, Estados Unidos, Guatemala y Marruecos para trabajar en documentales y una película, coproducida con el escritor y compositor estadounidense Paul Bowles.
Legado
Hans Helfritz murió en Duisburgo, Alemania, a los 93 años. Gran parte de su material se encuentra en estantes, computadoras y cajas en el museo Rautenstrauch-Joest en la ciudad de Colonia. Son cerca de 80.000 objetos, entre los que destacan: fotos, bitácoras, libros, grabaciones de audio, discos musicales y objetos personales del fotógrafo.