La valentía de Merkel en Múnich
17 de febrero de 2019Como en todos los grandes discursos políticos, lo que cuenta es el impulso. Esa mezcla de momento y atención, de público, de palabras apropiadas y de tono apropiado. Antes de la Conferencia de Seguridad de Múnich, la canciller alemana Angela Merkel tuvo tal impulso. Quien lea después su discurso difícilmente entenderá por qué hubo ovaciones de pie o aplausos que normalmente sólo se dan a los artistas.
Merkel habló con libertad, sin un manuscrito -lo que rara vez hace- y se expresaba como si estuviera liberada. Ella evocó un orden mundial que está gravemente amenazado por la progresiva decadencia y por actos de destrucción gratuita. Un orden mundial que quizás pronto, como lo conocemos, deje de existir. En un giro audaz, Angela Merkel dio la vuelta al mundo, fue a China pasando por Rusia, llegó a EE.UU. y aterrizaba una y otra vez en Alemania, en Europa. No omitió ningún ámbito político relevante: el comercio, la seguridad y el medio ambiente.
Texto sencillo para amigos y enemigos
Ninguna de las ideas de Merkel era nueva, todo había sido dicho o escrito antes. Sus anteriores explicaciones sobre el multilateralismo sonaban como la palabra misma: cerradas e inalcanzables.
Pero esta vez hubo ese impulso, esta franqueza con la que Merkel llamó a las cosas por su nombre. Sus palabras parecían ser un alivio para su audiencia, especialmente cuando contrastaban tan crudamente con el discurso del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence. Merkel se autocriticó con humor por las deficiencias en la política exterior alemana. Pence, por otro lado, mostró a la audiencia lo que significa "America First" en la práctica. Merkel defendió apasionadamente sus posiciones. Pence enviaba mensajes, a veces en tono de mando político.
El contraste entre estos dos discursos también ha puesto de manifiesto lo mal que está la relación transatlántica en estos momentos. Pero mientras Merkel sacudía la sala de Múnich y desencadenaba una tormenta de alegría en Twitter, en el interior del país se burlaban. Los líderes de la CDU al este de Alemania comenzaron con una pequeña discusión sobre si querían que esta canciller internacional debería presentarse en la campaña electoral nacional. La reputación de Merkel al este del río Elba se considera tan dañada que podría disminuir las perspectivas electorales de la CDU.
La sucesora se prepara para las elecciones
En casa cuestionada, internacionalmente aclamada. Merkel comparte este destino con muchos cancilleres alemanes de la posguerra: el aumento en presencia y respeto internacional va de la mano con una disminución de autoridad en política nacional. Como un hecho entrelazado. Los excancilleres alemanes Adenauer, Brandt, Schmidt o Kohl perdieron el apoyo de sus propias filas, algunos incluso fueron obligados a abandonar el cargo por su propia gente, mientras que su reputación en la palestra mundial crecía.
Angela Merkel ya ha entregado la presidencia de la CDU a Annegret Kramp-Karrenbauer, quien aprovechó la Conferencia de Seguridad para presentarse en las ligas de política exterior. Un desayuno aquí, un almuerzo discreto allá. A esto se sumó una primera entrevista detallada a Kramp-Karrenbauer que estuvo enfocada exclusivamente a temas de política exterior. La sucesora de Merkel se está preparando, y no sólo en el cargo de líder del partido.
¿Quién recoge las piezas, quién está armando el rompecabezas mundial? La respuesta de Angela Merkel en Múnich fue clara: " ¡Todos estamos llamados a hacer esto y debemos ayudar!”. Sin embargo, no mencionó el hecho de que pronto dejará de participar en ese escenario. En todo caso, ha dejado su legado en política exterior en esta Conferencia de Seguridad de Múnich.
Autor: Christian Trippe (CT/LG/PANA)
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