La Unión Europea y el boicot a Dinamarca
9 de febrero de 2006"Nosotros somos Dinamarca" afirma el título de un artículo publicado hoy por el Financial Times de Alemania. "Nos guste o no", dice el FTA, "la legislación es clara al respecto, un boicot contra Dinamarca es un boicot contra toda la Unión Europea", pues Dinamarca tanto como los otros Estados miembro de la UE ha entregado la competencia de la política de sus relaciones comerciales al club de los 25.
Por ello cabe que los daneses esperen que Europa muestre su solidaridad con ellos en este conflicto, y represente sus intereses. Además, que Teherán anuncie el congelamiento de sus relaciones comerciales con Dinamarca es mucho más que un asunto comercial; se trata, más bien, de uno que atañe a la estrategia política europea frente a Irán. Pues, si bien los otros países del mundo islámico se han pronunciado, con carácter semioficial, coincidiendo con la postura iraní en cuanto al boicot, es Irán -con quien las relaciones se encuentran en un punto crítico por el asunto de su proyecto nuclear- el que ha tomado la posición más agresiva.
Urge una reacción
Aunque Alemania, Suecia o Francia puedan seguir sus relaciones comerciales con Irán, la Unión Europea se ve obligada a reaccionar, pues el no hacerlo "significaría casi una invitación al resto del mundo a ejercer presión, en caso de necesidad, sobre miembros pequeños de la Unión", opina el FTA puntualizando "Es imaginable, por ejemplo, un escenario de conflicto ruso-báltico".
Respuestas institucionales
A pesar de que el presidente del Parlamento Europeo, Joseph Borrel, ha anunciado que se debatirá en la próxima sesión plenaria de Estrasburgo sobre esta polémica y que Javier Solana, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común, viajará la semana próxima a varios países árabes y de Oriente Medio para tratar de impulsar el diálogo tras esta crisis, existe un cierto malestar por la tardanza de las instituciones europeas en tomar posición respaldando al pequeño país escandinavo, miembro de la UE desde 1973.
Las reacciones individuales de los países han sido, en opinión de algunos analistas, más bien bastante tibias. Así la postura alemana de no amenazar con represalias económicas a Irán, aduciendo que ello sólo haría escalar la crisis puede entenderse enmarcada en la política internacional más bien conciliatoria que ha seguido la UE, como en el caso de Cuba por ejemplo. Sin embargo, ésta se entiende también en el marco de los grandes intereses económicos germanos en la región.
Cuestionando, otra vez, la madurez
"Los europeos están obligados a buscar una respuesta conjunta al conflicto", recalca el FTA. Pero, ¿cómo responder de una manera lo suficientemente firme y que, a la vez, deje margen de maniobra a la búsqueda de solución pacífica? El cuestionamiento fundamental que subyace a esto es si la Europa de los 25 está lo suficientemente madura para una respuesta conjunta.
Solana, por su parte, declaró que su gira por varios países para reunirse con líderes políticos y sociales tiene el objetivo de tratar de entender bien todas las cuestiones alrededor de esta crisis, tildada por él de innecesaria. Se incluye en ella una reunión con la Conferencia Islámica -que agrupa a 57 países musulmanes y que suscribió junto con la ONU y la UE una exhortación a la calma- y un desplazamiento a Egipto, Jordania y los territorios palestinos, también con el afán de apoyar el proceso de paz en Oriente Medio. El alto representante de la política exterior de la UE recordó también: "Las relaciones entre los ciudadanos europeos y del mundo árabe han sido construidas con mucho trabajo y no podemos jugar con eso".