La UE tiende la mano

La población sigue batallando contra la inundación en diversas localidades alemanas. Pero no hay fuerza humana que logre imponerse ante el desbordamiento del Elba. El río lleva actualmente un volumen total de agua cercano a los 5 mil millones de metros cúbicos, según informó este domingo el ministro de transporte alemán, Kurt Bodewig. Según declaró, se trata de la peor crecida de los últimos mil años. No es una mera expresión retórica. El nivel más alto del que se tenga noticia se registró en Dresde en el año 1275 y llegó a poco más de 8 metros. Un metros menos que la marca alcanzada el viernes.

Esta "inundación del siglo" adquirió hace ya días las dimensiones de catástrofe europea. No sólo por la cantidad de países afectados, sino porque el monto aún no cuantificable de daños trasciende las posibilidades financieras de los gobiernos regionales y nacionales. Así lo han comprendido también las autoridades comunitarias de Bruselas. Los gobernantes de Alemania, Austria, la República Checa y Eslovaquia recibieron hoy en Berlín un amplio respaldo del presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.

Por sobre la burocracia

El encuentro cumbre giró en torno a las posibilidades de ayuda financiera. Y esta fluirá por lo visto con bastante generosidad. El canciller Gerhard Schröder no se aventuró a mencionar aún cifras concretas, pero ha quedado en evidencia que Bruselas está dispuesta a olvidarse de sus trabas burocráticas para tender la mano ante la emergencia.

Básicamente se ha resuelto utilizar para ello recursos de los fondos estructurales de la UE que aún estén disponibles y no hayan sido destinados a proyectos concretos. La idea es adelantar los pagos previstos a mediano plazo para regiones económicamente débiles, que ahora han sufrido los embates de las aguas. Tal es el caso, por ejemplo, de Sajonia, a la que corresponderían unos 5 mil millones de euros hasta el año 2006. Prodi anunció además un generoso programa de créditos del Banco Europeo de Inversión.

"Europa no es una abstracción"

La pronta reacción de la Unión Europea beneficia igualmente a los países que aún no la integran, como la República Checa y Eslovaquia. Schröder indicó al respecto que naturalmente existen diferencias en cuanto al marco legal que deben ser tomadas en cuenta pero, en determinados casos, se pasarán por alto. Al fin y al cabo, los cuatro países se ve afectados por igual, dijo el gobernante alemán, subrayando que el objetivo es convertir a Europa en un lugar solidario.

Para no verse sorprendida en lo sucesivo por desastres naturales de esta envergadura, la Unión Europea proyecta crear además un fondo especial de emergencias. Hasta el momento se habla de dotarlo, en un primer paso, con unos 500 millones de euros. El fondo en cuestión habría de materializarse el año entrante, previa aprobación del Consejo de la Unión. Schröder resumió el resultado de esta cumbre subrayando que demuestra que Europa no es una idea abstracta, sino una realidad concreta para la gente que está en dificultades.