La UE “interviene” a Grecia
4 de febrero de 2010Mirando estos días a Grecia, se percibe cierto traspaso de poderes- en Atenas, la Unión Europea (UE) parece haber asumido el comando. El primer ministro del país, Yorgos Papandreu, y su ministro de Finanzas, Yorgos Papakonstantinou, han vivido en carne propia durante las últimas semanas lo que significa no poder actuar sin justificar cada paso que se da. Este lunes (1.2.2010), el propio Papandreu se dirigió al pueblo griego desde el Parlamento para ponerlo sobre aviso: de ahora en adelante, la UE se fijará con mayor atención en como los líderes políticos llevan las riendas de la vida nacional.
“Desgraciadamente, Grecia está hoy bajo vigilancia, bajo tutela. Hemos alcanzado el punto en donde perdimos parte de nuestra soberanía nacional. Pero también los mercados internacionales están jugando con nuestro destino. La condición para que nos liberemos de esta tutela es que logremos instaurar orden en este país”, dijo el primer ministro griego.
Rigurosos recortes
El jueves 3 de enero, 24 horas antes del decisivo encuentro de ministros de Finanzas europeos, el Gobierno de Atenas se vio obligado a corregir su plan de recortes del gasto público porque, a juicio de los auditores, el programa de saneamiento financiero no iba lo suficientemente lejos en materia de ahorro. El comisario de economía de la UE, Joaquín Almunia, hizo pública su satisfacción sólo después de que los griegos procedieran a las alteraciones de rigor.
“Nosotros apoyaremos el programa de ahorro griego. Tenemos confianza en el Gobierno y lo respaldaremos en todos sus esfuerzos. Al mismo tiempo, sabemos que estas medidas no serán fáciles de aplicar”, enfatizó Almunia, aludiendo al conjunto de reformas venideras y a la ola de protestas internas que éstas ya han empezado a desatar.
Un reto herculano
La administración Papandreu, que asumió el poder en octubre de 2009 con una agenda de marcado perfil socialista, no sólo tendrá que reducir la cantidad de funcionarios públicos activos y las sumas hasta ahora otorgadas por concepto de jubilación, sino también aumentar los impuestos al consumo de alcohol y cigarrillos para procurar llenar las arcas del Estado lo antes posible. Y es que Grecia deberá cumplir con los criterios establecidos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE a más tardar en 2012. Las nuevas deudas adquiridas por el Estado griego deberán reducirse del 13 por ciento, alcanzado en 2009 a un tres por ciento de su capacidad de producción económica.
Se trata de un reto herculano y los expertos en finanzas de la UE lo saben; pero no será Bruselas quien se muestre misericordiosa de cara al estamento griego. Al contrario: “Cada vez que comprobemos que el camino preestablecido no está siendo transitado, o que los pasos no se están dando como se había acordado, o que hay titubeos y retrasos, le exigiremos al Gobierno griego que cumpla con nuevas medidas”, asegura Almunia.
Vigilancia minuciosa
Lo realmente novedoso es que Almunia haya instado al gabinete de Papandreu no solamente a ahorrar, sino también a desmontar el sistema de seguridad social: entre otras propuestas, la UE recomienda aumentar la edad de jubilación a los 67 años. Grecia se comprometió a presentarse ante los comisionados de la UE a mediados de marzo y en mayo. Después, los encuentros de control tendrán lugar cada tres meses.
Esta es la primera vez que Bruselas interviene tan vehementemente en la política nacional de un país comunitario y lo somete a una vigilancia tan minuciosa. Almunia insiste en que esta presión es necesaria; tras once años de trampas y traiciones por parte de los distintos gobiernos griegos, asegura el comisario, la confianza de la UE en el país al sur de la península balcánica es casi nula.
Entre la población griega, la cosa se ve de otro modo. No son pocos los que quieren salir a la calle para demostrar su desacuerdo con las medidas impuestas desde arriba- desde Atenas o desde Bruselas. Los funcionarios públicos han anunciado una huelga para el 10 de febrero.
Autor: Peter Heilbrunner/ Evan Romero-Castillo
Editora: Luna Bolívar Manaut