Los ministros de finanzas acordaron un mecanismo único para la liquidación de bancos. Los institutos deberán crear un fondo común que alcanzará los 55.000 millones de euros en diez años. Y de este dinero se financiarán en el futuro las quiebras bancarias. Ahora serán los propios bancos, y no los contribuyentes, quienes pagarán por sus errores. La Eurocámara deberá dar el visto bueno al acuerdo.