La UE busca acelerar el retorno de solicitantes de asilo
15 de octubre de 2024A petición del canciller alemán, Olaf Scholz, la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE), que se celebrará este jueves (17.10.2024) en Bruselas, abordará ampliamente los conceptos contradictorios sobre política migratoria.
Según círculos gubernamentales alemanes, Scholz sigue favoreciendo las "soluciones europeas comunes" y quiere adelantar la reforma de los procedimientos de asilo, que no entrará plenamente en vigor hasta 2026.
Sin embargo, no está claro qué se puede adelantar realmente: ¿más procedimientos de asilo en las fronteras exteriores de la UE, más deportaciones de solicitantes de asilo rechazados, o más acuerdos con países de origen y tránsito de inmigrantes y solicitantes de asilo?
¿Cambios en las deportaciones?
La semana pasada, la mayoría de los ministros de Interior europeos instaron a revisar y endurecer las directrices para el retorno rápido a sus países de origen de las personas que solicitan asilo sin perspectivas de éxito.
Al mismo tiempo, se exigió facilitar el rechazo de solicitantes de asilo en las fronteras interiores de la UE, por ejemplo, en Alemania. Se trata de personas que ya deberían haber sido objeto de un procedimiento de asilo en otro país de la UE en la frontera exterior. Justo a tiempo para la cumbre del jueves, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció en una carta que propondrá en breve la directiva reforzada.
Tres países se oponen
Al menos tres países se niegan a apoyar las reformas acordadas. Países Bajos, gobernado recientemente por populistas de derecha, y Hungría, actual presidente del Consejo de la UE, exigen una especie de exclusión voluntaria de la política de asilo.
También el jefe de Gobierno polaco, Donald Tusk, quiere dejar de aplicar temporalmente la legislación europea de asilo en su país, puesto que Polonia se encontraría en una situación de emergencia.
La Comisaria de Interior de la UE, Ylva Johannson, criticó el anuncio: "No es posible. Y lo hemos dejado claro". La exclusión voluntaria de la política migratoria de la UE solo sería posible si se modificaran los Tratados de la UE. Sin embargo, eso actualmente no está sobre la mesa.
Hungría, Italia y Finlandia siguen su propio camino
Aun sin una cláusula de exclusión formal, Hungría lleva años incumpliendo la política común de asilo. El Tribunal de Justicia Europeo lo ha condenado varias veces, pero el país no ejecuta las sentencias.
La Comisión Europea ha impuesto al Gobierno de Viktor Orbán multas por un total de 200 millones de euros. Sin embargo, Orbán ya anunció que no le importan las reformas acordadas y que dejará de aceptar solicitantes de asilo.
Tampoco el Gobierno italiano de Giorgia Meloni cumple con la legislación de la UE. Hasta ahora, se ha negado a aceptar de nuevo a solicitantes de asilo de Alemania o Austria que llegaron primero a Italia. Italia tendría que registrar a estas personas y acogerlas en un procedimiento de asilo.
Pero muchas personas siguen viajando hacia el norte. Miles de solicitantes de asilo y migrantes también viajan desde Grecia por la frontera exterior sudoriental de la UE, a través de la ruta de los Balcanes, hacia los Estados del norte, algo que no está previsto por las normas.
Sin embargo, Italia, Grecia y otros países de las fronteras exteriores argumentan que se ven desbordados por la llegada masiva de personas. En respuesta a esta migración interna dentro de la UE, Francia, Austria, Dinamarca, Suecia, Eslovaquia y, más recientemente, Alemania han reintroducido controles fronterizos para detectar las llamadas entradas no autorizadas. En realidad, los controles de personas en las fronteras interiores de la UE solo se permiten en casos absolutamente excepcionales.
Por su parte, desde julio, Finlandia no ha cumplido la normativa de la UE en su frontera terrestre con Rusia. Los inmigrantes que quieren entrar en el país a través de Rusia son devueltos a Rusia de forma generalizada. El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, declaró en julio que la ley era necesaria, aunque contradice las obligaciones internacionales de Finlandia en materia de derechos humanos.
Finlandia, los países bálticos y Polonia acusan a Rusia y Bielorrusia de llevar inmigrantes en masa a sus fronteras para desestabilizar la UE. El primer ministro polaco, Donald Tusk, dijo que quería seguir el modelo finlandés y cerrar la frontera polaca con Bielorrusia a los solicitantes de asilo.
(vt/cp)