La torre (estudiantil) de Pisa
21 de noviembre de 2004El estudio de Pisa (Programme for Internacional Student Assessment) vuelve a poner nerviosas a las autoridades políticas y educacionales de Alemania. Porque, si se tratara de una torre, los estudiantes germanos distarían de ubicarse cerca de la cúspide. O, dicho de otra forma, la torre del sistema educacional alemán seguiría peligrosamente inclinada, amenazando con derrumbarse. Las calificaciones relativamente bajas obtenidas en el primer Test, realizado en el año 2000, ya habían desatado en el país una acalorada discusión al respecto. Y ésta, de seguro, volverá a encenderse en vista de los resultados de la segunda evaluación, que se filtraron a la prensa antes de la fecha prevista para su publicación, el 7 de diciembre.
Matemáticas y lectura
El estudio comparativo, llevado a cabo en 41 países, revela que Alemania sigue situándose por debajo de la media. La única señal alentadora es que los alumnos subieron tres puntos en el ranking del área matemática, colocándose ahora en el lugar 17. Sin embargo, debido al margen de error de las estadísticas, ello no puede ser considerado un progreso sustancial. Por lo demás, sus habilidades sólo destacan en tareas aritméticas simples. En cálculos más complejos, en cambio, decae el rendimiento.
Peor es el panorama en el área de comprensión de lectura, clave para el aprendizaje en la escuela y en la posterior formación profesional. De acuerdo con la versión adelantada por la agencia de noticias alemana DPA, los escolares germanos siguen mostrando allí serias deficiencias y sólo quedaron en el lugar Nr. 20. (21 en el estudio anterior).
Desigualdades a la vista
Los mediocres resultados obtenidos no sólo son un problema para el orgullo nacional de un país que se cuenta entre las principales potencias industrializadas, sino que ponen en evidencia un problema serio de fondo. Porque, según el adelanto de DPA, el nuevo estudio de PISA revela que en ningún otro país de condiciones comparables el éxito escolar depende en tal medida de los ingresos y la educación de los padres. Tomando como referencia a niños con habilidades equivalentes, el hijo de un académico tiene en Alemania tres veces más posibilidades de obtener el bachillerato que el hijo de un obrero.
Igualmente preocupante es la cantidad de niños con marcadas deficiencias educacionales. Según el nuevo estudio, más del 22% de los quinceañeros alemanes no están en condiciones de leer textos simples y comprender su contenido. La conclusión es lapidara: en ninguna de las otras grandes naciones industrializadas es tan grande el número de escolares que sólo alcanzan el nivel más básico en este examen.