La tauromaquia, a tres niveles
2 de julio de 2010“Una expresión artística y cultural de los pueblos iberoamericanos”; “una tortura cruel e inimaginable”. “Una manifestación de la diversidad cultural y pluralismo de la sociedad que promueve el turismo”; “un sangriento espectáculo que hace de la innecesaria y dolorosa muerte de un animal inocente una celebración”.
Muchos son los argumentos a favor y en contra de un tema que, definitivamente, no deja indiferente a nadie. La tauromaquia es una realidad contra la que millones de personas luchan cada día, ya sea para salvarla de su abolición, o para eliminarla de una vez por todas. Las encuestan muestran, ciertamente, un creciente desinterés y rechazo; las cifras anuales hablan de un negocio pujante.
Aunque la tauromaquia se considere hoy en día una tradición iberoamericana, practicada asimismo en Portugal y partes de Francia, lo cierto es que sus orígenes se remontan a la Edad de Bronce y a los circos romanos, donde ya por aquel entonces se utilizaban uros, antepasados extintos de los actuales toros, para el entretenimiento y diversión de la plebe: bien para matarlos, o bien como elemento de peligrosidad para esclavos arrojados a la arena para luchar por sus vidas. Si bien en aquel momento la sangre era protagonista de los espectáculos, hoy día la situación no ha cambiado en exceso en ese aspecto. Sólo que ahora, la sangre predominante es, únicamente, la de los toros.
¿Es realmente la tauromaquia una expresión de arte? ¿Es realmente un legado histórico que necesita subvenciones estatales para no morir y perderse en el olvido? ¿Perderían parte de su cultura los países que todavía celebran este tipo de espectáculos en caso de que se abolieran?
Deutsche Welle ha echado un vistazo a la situación de la Tauromaquia en la actualidad a tres niveles: europeo, español y latinoamericano.
Autora: Lydia Aranda Barandiain
Editora: Claudia Herrera-Pahl