La sharía y el terror se apoderan de Libia
3 de febrero de 2015
Todos deben salir, de inmediato. La exhortación a abandonar Libia que el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido dirigió a fines de enero a los ciudadanos británicos no deja lugar a dudas: Londres considera que el país es extremadamente inseguro. Lo que motivó la advertencia fue un ataque lanzado contra el hotel Corintia, en Trípoli, en el que murieron nueve personas, cinco de ellas británicas.
La organización terrorista Estado Islámico (EI) se atribuyó el atentado. No es el único grupo que el Ministerio de Exteriores británico considera peligroso. También hay otros, como Ansar al Sharia, que operan en la región. “Es probable que se produzcan más ataques contra extranjeros”, indicó la declaración de Londres. También el Ministerio de Relaciones Exteriores de Berlín ha formulado una advertencia explícita: “Los ciudadanos alemanes no deben permanecer en Libia, hasta nuevo aviso”.
Población simpatiza con el EI
El terrorismo amenaza también a ciudadanos de países árabes. A comienzos de enero fue secuestrado en el centro del país un grupo de trabajadores cristianos procedentes de Egipto. Pocos días más tarde corrieron la misma suerte otros cristianos coptos de la ciudad portuaria de Sirte. Aún no se sabe nada de ellos. Tampoco está claro lo ocurrido con los periodistas tunecinos Sofiane Chourabi y Nadir Chetari, que desaparecieron en septiembre de 2014 en la provincia libia de Ajdabiya. A comienzos de enero, una página web de los yihadistas comunicó que se les había dado muerte. Unos días después, autoridades tunecinas dijeron tener nuevas informaciones sobre su paradero, lo que implicaría que aún estarían con vida.
El EI aprovecha el caos imperante en Libia, donde gobiernos rivales pugnan por el poder. Hasni Abidi, del Centro de Estudios sobre el Mundo Árabe y el Mediterráneo (CERMAM), con sede en Ginebra, indica que el grupo terrorista está presente sobre todo en el sureste del país. Hace notar que algunas regiones ya no están bajo control de las autoridades y que, “además, parte de la población de Trípoli, Bengasi y otras ciudades simpatiza con el EI”.
Se considera que Libia es el país donde el EI registra sus mayores éxitos, después de Siria e Irak. Daniel Byman, experto en Cercano Oriente de la Universidad de Georgetown, explica que el EI se alía con organizaciones que pretenden derrocar el gobierno en su país, desplazando a las autoridades locales. Así, el grupo terrorista ha conquistado amplias zonas de Irak y Siria, donde ha instaurado un califato.
Fronteras abiertas
Libia se presta para esta estrategia. “En el sur, en dirección al Sahel, así como en el oeste, en dirección a Egipto, las fronteras libias están abiertas”, dice Hasni Abidi. “Por allí entran los combatientes al país”.
Los atentados y secuestros de la semana pasada demuestran que los yihadistas están presentes en todas las grandes ciudades de Libia. Además, hace algún tiempo, el EI atrae a cada vez más adeptos de Ansar Al Sharia, cercana a Al Qaeda. No se puede descartar que en un futuro cercano el EI vaya a absorber a todo el grupo, así como está sucediendo con el Frente Al Nusra en Siria. Según Hasni Abidi, para detener a la organización terrorista se necesita una ofensiva militar.