La Sharia: el fantasma de Canterbury
8 de febrero de 2008En Irán, el pasado 7 de febrero un joven de 22 años de edad fue condenado a muerte por estrangulamiento por haber violado la estricta prohibición de consumo de alcohol.
El consumo de alcohol está prohibido por la Sharia, el cuerpo de leyes religiosas islámicas basadas en el Corán.
La Sharia cubre temas que incluyen culto, acuerdos comerciales, matrimonio y leyes penales y está implementada en grados variables en los países musulmanes. En Irán, por ejemplo, los delitos como el adulterio, el robo a mano armada, la blasfemia y el narcotráfico pueden ser penados, según esta ley, con muerte por estrangulamiento, fustigación, lapidación o en el mejor de los casos, cárcel o multa.
Según Amnistía Internacional, Irán es a nivel internacional uno de los países con mayor número de ejecuciones, seguido de cerca por otros países que se rigen por la Sharia.
Sacrifica a las mujeres
El arzobispo de Canterbury aclaró, al declarar que la adopción de aspectos de la Sharia era necesaria para la cohesión comunitaria en Gran Bretaña, que no apoya los severos castigos corporales decretados en países como Arabia Saudita, donde los asesinos y traficantes de drogas son decapitados.
Cualquier uso de la Sharia en Gran Bretaña no debería imponerse sobre "los derechos que son garantizados a los ciudadanos en general", dijo, pero subrayó que una “acomodación constructiva” con la práctica musulmana en algunas áreas, como por ejemplo disputas legales respecto a matrimonio y asuntos financieros, ayudaría a superar la fragmentación de la sociedad británica.
Muchos musulmanes piensan que hay partes de la sociedad británica que son áreas de exclusión para ellos. Según Williams en algunos marcos culturales y religiosos las leyes de la Sharia parecerían más apropiadas para los musulmanes.
Ingenuidad anglicana
Expertos en el rubro, como el alemán Henryk M. Broder, indican que pensar en introducir “un poco de Sharia” es tan absurdo como afirmar “estar un poco embarazada”. La Sharia regula la vida entera y quien sostenga que puede asumirse en partes “no tiene noción del curso inevitable que la habita”.
La propuesta del arzobispo de Canterbury es sin duda muestra de una ingenuidad bárbara, afirma Broder, a quien le preocupa el avance de la idea de una “capitulación preventiva” ante un problema que parece no tener solución.
Como parte de los inmigrantes no están dispuestos o en capacidad de asumir las reglas de la sociedad en la que viven, entonces la sociedad debe asumir las reglas de los inmigrantes, afirma irónicamente Broder.
También el obispo luterano alemán, Wolfgang Huber, indicó que resulta equivocado pensar que un sistema doble de leyes pueda fomentar la integración, lo que no descarta que se puedan aceptar y legitimar ciertas peculiaridades culturales dentro de un sistema de derecho.
“En un país debe haber una sola ley. La tolerancia no es un antojo. Una buena vecindad y claridad en las posiciones propias deben conjugarse. Esto significa que se debe intentar comprender a los demás, pero contar con bases bien definidas“, acentúa el obispo luterano en declaraciones a Deutsche Welle.
Coro de condenas para Williams
El arzobispo de Canterbury ha echado leña al fuego que caldea el esfuerzo por promover una sociedad multicultural en la isla británica donde viven 1,8 millones de musulmanes.
Están programadas discusiones turbulentas en el debate de integración de las minorías étnicas. Algunos representantes musulmanes en Gran Bretaña han interpretado las palabras del arzobispo como invitación. Los políticos británicos, por su parte, no están dispuestos a discutirla.
Los principales partidos se distanciaron de los comentarios del arzobispo. El secretario de Cultura, Andy Burnham, calificó la posibilidad de dos sistemas paralelos de leyes de “receta para el caos". El ex ministro del Interior, David Blunkett, indicó que "sería catastrófico en términos de cohesión social" formalizar la ley islámica.
La respuesta del primer Ministro, Gordon Brown, es contundente y no deja lugar a dudas: "lo único que tiene validez en Gran Bretaña es el derecho británico basado en los valores británicos".
La pregunta es si lo entenderá también el fantasma de Canterbury, que a diferencia del de Canterville si asusta.