La Revolución Gloriosa
2 de junio de 2009A todo ello habían precedido sangrientos enfrentamientos, que amenazaron con hundir a la isla británica en una guerra civil. En 1628 se produjeron las primeras enfrentamientos, cuando el rey británico Carlos I (1600-1649) tuvo que reconocer que los funcionarios reales abusaban continuamente del derecho real a arrestar a personas. Por orden del rey extorsionaban a ciudadanos acomodados, exigiéndoles dinero, bajo amenaza de que, de lo contrario, serían apresados. Para enfrentar esa situación insoportable se estableció el 7 de junio de 1628 la llamada “Petición de Derechos”, que establecía que nadie podía ser arrestado arbitrariamente y que todo detenido tenía derecho a ser procesado ante un tribunal en un período razonable de tiempo. Esta “Petición de Derechos” se convirtió en una de las pilares fundamentales de todos los ordenamientos jurídicos democráticos.
El acta de Habeas Corpus
En la Inglaterra medieval la “Petition of Right” debería pasar, sin embargo, aún por duras pruebas. Cuando en la protestante isla británica se propagó el rumor de que el Papa Inocencio XI (1611-1689) planeaba la recatolización de Inglaterra, estallaron fuertes disturbios que condujeron a la disolución del Parlamento, mayoritariamente fiel al rey. El rey Carlos II (1630-1685) intentó responder con mano dura. Las detenciones arbitrarias y reclusiones en los calabozos pasaron a estar a la orden del día. Sobre todo el traslado de prisioneros mal vistos a las colonias atizó los ánimos en Inglaterra.
A Carlos II se le reprochó violar sistemáticamente la “Petition of Right”. Para poner fin a esa situación, Carlos II fue obligado en 1679, durante una fase débil de su reinado, a firmar el acta “Habeas Corpus”. Con esta acta, llamada así de acuerdo con el comienzo en latín de la orden de arresto medioeval, a un detenido podía concedérsele la libertad bajo caución y los acusados debían ser presentados ante un juez en el lapso de tres días.
Guillermo III de Orange
Pero los enfrentamientos por el poder en la isla británica no habían concluido con la firma del rey. En estos tiempos de turbulencias políticas, en los que los rumores sobre los planes de recatolización del Papa no cesaban, algunos diputados de los liberales“Whig” entraron en contacto con el estricto protestante Guillermo III de Orange (1650-1702). Guillermo III estaba casado con la hija de Carlos II, también educada bajo el rigor protestante. Los parlamentarios ofrecieron a Guillermo de Orange el trono bajo la condición de que firmara el “Bill of Rights”, y que protegiera los derechos otorgados al Parlamento contenidos en él.
Guillermo III de Orange no esperó a que se lo dijeran dos veces. Cuando arribó a Inglaterra, el 5 de noviembre de 1688, Carlos II huyó a Francia, con lo que el camino para Guillermo III de Orange quedó libre y el “Bill of Rights” entró en vigor. El rey se comprometió a convocar al Parlamento en intervalos regulares. Sin la aprobación del Parlamento no podía recaudar impuestos ni mantener un ejército en tiempos de paz. Adicionalmente los diputados gozaban de inmunidad, es decir, que podían ejercer sus obligaciones sin temer una posible acusación o detención por parte del rey.
El acta “Habeas Corpus”, fue confirmada expresamente en el “Bill of Rights”; sus lineamientos siguen siendo hoy en día el fundamento de los sistemas constitucionales europeos modernos.
La Declaración de Derechos Humanos de la Revolución Francesa de 1789, la Constitución estadounidense de 1791, la Constitución belga de 1831, las Constituciones alemanas de 1849 y 1919, así como la Ley Fundamental alemana de 1949 se basan en el acta “Habeas Corpus”. Esta tradición constitucional conjunta muestra cómo se han influido mutuamente los pueblos europeos, no sólo a través del intercambio cultural y comercial, sino también de ideas, derechos políticos conquistados con luchas y los resultantes lineamientos jurídicos.
Los derechos establecidos en la “Revolución Gloriosa” de 1689 siguen teniendo vigencia en las democracias europeas: elección libre del Parlamento, el derecho de los parlamentarios a debatir libremente, la inmunidad de los diputados, el establecimiento de impuestos sólo con la aprobación del Parlamento y la imposibilidad de mantener un ejército sin la previa aprobación parlamentaria.
De esa forma, en enero de 1689 se creó la estructura jurídica de la democracia parlamentaria, que como única , pero vinculante, condición, prevé qietodos los miembros de la sociedad están llamados a respetar las leyes vigentes.
Autor: Matthias von Hellfeld/ EU
Editor: Pablo Kummetz