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La resurrección de Klose

Enrique López Magallón13 de abril de 2007

El héroe está de regreso. Miroslav Klose anotó dos veces frente al AZ Alkmaar, y terminó con la racha de 1.158 minutos sin anotar. Werder Bremen está en la Semifinal de la Copa UEFA.

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Klose (der.) festeja el gol que le puso en bandeja Aaron Hunt (izq.)Imagen: AP

Por fin resucitó. Desde hace semanas, Miroslav Klose se encontraba sumido en un letargo inexplicable. Y no porque jugara mal. De hecho, desde su paulatina recuperación del misterioso virus que lo aquejó en febrero, había realizado valiosas jugadas que redundaron en puntos y goles para el Werder Bremen.

Epopeya angustiosa

Pero a "Klosinho" le faltaba el único bálsamo capaz de sanar el alma de un gladiador nato como él: la euforia del gol.

Fueron 1.158 larguísimos minutos los que el seleccionado alemán estuvo sin anotar. Partidos angustiosos de la Bundesliga, y epopeyas accidentadas como aquella contra Celta de Vigo, en la cual el ariete se fue a estrellar contra un poste y se lastimó la espalda.

Y la presión. Los medios de comunicación insistieron -insistimos- en descifrar la cábala suprema, el misterio tras la sequía en que se encontraba el jugador internacional. ¡Nada menos que el campeón goleador del Mundial 2006!

Los verdiblancos, irreconocibles

Ayer, tales elucubraciones se tornaron banalidad. Para empezar, un irreconocible Werder Bremen apabulló con su juego efectivo al Al Alkmaar, que estuvo voluntarioso pero sin encontrar su propio orden.

Bremen salió con todo. El pivote, como siempre, fue el brasileño Diego, cuyo talento es tal, que pone al equipo en un dilema: ¿qué harían los verdiblancos sin él?

UEFA-Viertelfinale Werder Bremen - AZ Alkmaar Diego
Diego estuvo genial, una vez más.Imagen: AP

Este número 10, libre ya del fantasma de cárcel que pesaba sobre su padre en el lejano Brasil, dio un pase elevado para el primer gol, de Borowski, en el minuto 16.

Parecía que las cosas se complicaban en el 32, cuando Dembele surgió de la nada, y metió un zurdazo implacable a unos 20 metros de distancia.

El tiro, veloz como un destello y pesado como el acero, se proyectó pegado al poste, dejando sin posibilidad alguna al arquero Tim Wiese.

Fue una golondrina que no hizo verano: al minuto 37 comenzó la locura en la tribuna; y en la cancha, la resurrección del artillero alemán. Hunt se coló por derecha, quedó solo frente al portero y, en una premonición generosa y genial, centró en vez de sacar disparo.

Sabía, por instinto, lo que iba a pasar: Klose llegó, aún con la marca defensiva encima, y a remató a pierna contraria para cerrar la pinza. El balón hizo vibrar la red y la tribuna, y terminó con la maldición. ¡Klosinho estaba de regreso!

Un gol, una época

El gol marcó el fin de una etapa, y el inicio de otra. Y no sólo para Klose, sino para el resto de su equipo. ¡Qué diferente es Bremen cuando su delantero estrella anota! A partir de ese minuto 37, el equipo dejó atrás la crepuscular faceta que había mostrado apenas hace una semana en Holanda.

En la segunda mitad, al minuto 62, Diego se desplazó por derecha y, ya a la altura del área, sacó un centro preciso que apenas rebasó al defensivo holandés. En jovial curva, el balón fue a dar justo donde ya lo esperaba Klose con los ojos abiertos y la frente dispuesta. El ariete se imponía así a su destino, anotando por partida doble.

Miro salió al minuto 84. Pero no sin antes concretar una triangulación magistral con Hugo Almeida, que acababa de entrar, y con el propio Diego. En tiro raso, el carioca venció al portero holandés y decretó el marcador definitivo de 4 a 1. Klose dejó entonces su lugar a Schindler, en medio del delirio.

UEFA-Viertelfinale Werder Bremen - AZ Alkmaar Klose
Klose remata siempre con los ojos abiertos.Imagen: AP

Sin alegría no hay fútbol, dice la ortodoxia. Y aunque hay argumentos para desmentirla, sobre todo el de la efectividad, el partido del jueves en el Weserstadion demostró que el mejor balompié es el que conjunta el drama con la catarsis.

Así, hoy parece lo de menos el pase de Bremen a la Semifinal de la Copa UEFA. Lo importante es que, gracias a la resurrección de Klose, la escuadra volvió a ser equipo de talla internacional. Los platos rotos los habrá de pagar el enclenque Dortmund, el domingo próximo, dentro de la Bundesliga.