La recesión alemana facilita las adquisiciones empresariales
9 de octubre de 2024La situación de la economía alemana no es color de rosa en estos momentos, y el futuro tampoco pinta bien.
El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, declaró a la prensa en Berlín que se espera que el producto interno bruto (PIB) del país se contraiga en 2024, lo que significa que la mayor economía de Europa seguirá estancada, en recesión por segundo año consecutivo.
Habeck anunció que el Gobierno prevé que el PIB alemán se contraerá un 0,2 por ciento, en lugar de crecer un 0,3 por ciento como se esperaba hasta ahora.
"Nuevo niño problemático de la eurozona"
El ministro reconoció que Alemania no ha experimentado un crecimiento potente desde 2018, ya que a los problemas estructurales propios del país se han sumado retos mundiales más amplios. "En medio de la crisis, Alemania y Europa están atrapadas entre China y Estados Unidos, y deben aprender a imponerse", afirmó.
La sombría situación económica ha llevado al economista del DZ Bank Christoph Swonke a describir a Alemania como el "nuevo niño problemático de la eurozona".
Empresas alemanas son interesantes para las extranjeras
En medio de la caída de las ventas y los ingresos, las empresas suelen recurrir a socios más fuertes para que les ayuden a superar sus dificultades.
El operador nacional de ferrocarriles de Alemania, Deutsche Bahn, es un ejemplo reciente. La empresa ha acordado vender su rentable filial de logística, Schenker, a su rival danesa DSV, por unos 14.000 millones de euros (15.300 millones de dólares). El dinero podría dar un impulso financiero muy necesario a la empresa estatal germana, en apuros y famosa por sus frecuentes retrasos.
El Commerzbank también es uno de los grandes candidatos a una adquisición extranjera. El segundo mayor prestamista privado de Alemania fue rescatado por el Gobierno alemán tras la crisis financiera de 2008/2009, y el Estado sigue teniendo una participación del 12 por ciento en el banco.
El italiano UniCredit ha puesto sus miras en una adquisición total de Commerzbank, tras aumentar clandestinamente su participación efectiva al 21 por ciento en septiembre, en lo que los funcionarios del sector creen que podría convertirse en una adquisición hostil.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, declaró el lunes 7 de octubre ante el Parlamento Europeo que las fusiones bancarias transfronterizas en Europa son "deseables", para que los bancos europeos puedan competir "en escala, profundidad y alcance" con otros bancos de todo el mundo.
Mientras tanto, cada vez más empresas abandonan totalmente Alemania, o al menos invierten más en sus fábricas en el extranjero que en sus bases nacionales en este país. El gigante químico BASF, por ejemplo, está construyendo una fábrica por valor de 10.000 millones de euros en China. Y el proveedor de servicios energéticos Techem, de tamaño medio, ha sido vendido por sus propietarios suizos al gestor de activos estadounidense TPG.
"Las empresas no tienen pasaporte"
La idea de adquisiciones extranjeras de empresas alemanas, incluso de aquellas que son parcialmente propiedad de los contribuyentes, es vista por los economistas como un proceso natural.
El economista jefe del ING Bank, Carsten Brzeski, afirma que "el estancamiento económico y el cambio estructural tienen naturalmente también consecuencias para las empresas". En momentos como estos, "se producen adquisiciones, ya sean nacionales o extranjeras", advierte a DW.
Stefan Kooths, director del Instituto de Economía Mundial de Kiel (IfW), comparte esta opinión y añade que "las empresas no tienen pasaporte". La prosperidad de un país no depende de la nacionalidad de sus propietarios empresariales, dice a DW, sino de la calidad de su entorno empresarial.
Kooths afirma que la reciente ralentización de la inversión extranjera directa (IED) en Alemania es "otra señal de la debilidad del país" como emplazamiento empresarial. Los países más propicios para hacer negocios atraen capital extranjero, explica, "mientras que los emplazamientos débiles son evitados por los inversores".
Reducir la burocracia: la eterna promesa alemana
Desde la década de 1980, los sucesivos Gobiernos alemanes han prometido reducir la sobrecargada burocracia del país y fomentar la inversión. Pero, para Kooths, esos esfuerzos han quedado, sobre todo, sobre el papel, sin "una acción política consecuente".
Carsten Brzeski, de ING, coincide y sugiere la digitalización de la burocracia gubernamental como un primer paso en el camino. "Esto aceleraría la reducción de la burocracia y también ayudaría a abordar la escasez de trabajadores cualificados en muchas agencias gubernamentales".
Kooths también cree que la mejora de la competitividad de la industria alemana es clave para volver a la senda del crecimiento, pero advierte que "no es necesario estimular el crecimiento, hay que permitirlo"
Por ello, se muestra crítico con los programas gubernamentales de estímulo, y afirma que la actual iniciativa alemana de crecimiento es un "paso en la dirección correcta", pero no provocará un cambio de tendencia. Para ello, afirma, se necesitaría "un cambio fundamental de la política industrial intervencionista a una política basada en el mercado que refuerce el entorno empresarial".
(gg/rml)