Pugna entre EE.UU., China y Rusia vs. cooperación global
11 de mayo de 2022En los últimos meses, los países democráticos, liderados en su mayoría por Estados Unidos, han tratado de formar un frente unido para apoyar a Ucrania en su defensa contra la invasión rusa.
Mientras coordinan estrechamente sus esfuerzos para presionar a Moscú, también observan los esfuerzos diplomáticos de China para reforzar los lazos con los países autocráticos.
Esta semana, altos funcionarios estadounidenses declararon a la agencia Reuters que no habían observado ningún apoyo militar y económico chino "abierto" a Rusia. Sin embargo, el gobierno chino no ha querido condenar hasta ahora la guerra de Rusia contra Ucrania.
Las autocracias, socios ideales para Pekín
En los últimos dos meses, Pekín también ha organizado reuniones de alto nivel con la junta militar de Myanmar, comprometiéndose a cooperar en todos los ámbitos, al tiempo que ha acogido una reunión multinacional para debatir la crisis humanitaria y económica que atraviesa Afganistán.
Algunos expertos creen que garantizar la estabilidad en esos países redunda en el interés de Pekín, ya que todos comparten una frontera terrestre con China. "Hay una razón natural para que Pekín se acerque a ellos", dice Ian Chong, politólogo de la Universidad Nacional de Singapur (NUS), en entrevista con DW.
Aunque China no limita sus actividades de acercamiento a los Estados autoritarios, estos parecen ser los socios más idóneos para Pekín, ya que los acuerdos alcanzados con ellos suelen recibir menos escrutinio y supervisión.
El desafío de China al orden liderado por EE.UU.
Con sus recientes acciones, China está señalando que considera que el orden internacional liderado por Estados Unidos ya no es legítimo, afirma Sari Arho Havrén, investigadora visitante de la Universidad de Helsinki, a DW.
"La élite del Partido Comunista Chino cree que ofrece una forma superior de gobierno con la estabilidad, el desarrollo económico, y, recientemente, con su manejo de la pandemia del coronavirus", explica a DW. "El desarrollo de China y su desafío a Estados Unidos como la nación más poderosa del mundo impresiona sobre todo en países del sur.
El mes pasado, el presidente chino, Xi Jinping, propuso una "iniciativa de seguridad global" que defenderá el principio de "seguridad indivisible" durante el Foro Asiático anual de Boao. Según él, el mundo debe respetar la soberanía y la integridad territorial de todos los países, al tiempo que presta atención a las preocupaciones de seguridad "legítimas" de todos. "Debemos oponernos a la construcción de la seguridad nacional sobre la base de la inseguridad en otros países", sostuvo Xi.
Aunque los detalles de la iniciativa siguen siendo vagos, Ivana Karaskova, fundadora y jefa de MapInfluenceEU, un proyecto que analiza la influencia china y rusa en Europa Central y Oriental, afirma que dicha iniciativa "se dirige a los países en desarrollo, haciendo hincapié en la experiencia histórica con el colonialismo, los principios de soberanía y no injerencia".
Gran golpe para las organizaciones internacionales
Mientras Estados Unidos y China intentan consolidar sus relaciones con países que comparten valores similares, abundan los temores de que la creciente disputa plantee desafíos al sistema internacional existente.
"Ahora hemos entrado en una fase en la que varias geografías han activado a sus dependencias estratégicas y han empezado a proteger a sus propios mercados de las empresas chinas subvencionadas por el Estado, y a forzar la reciprocidad en sus propios términos", explica Havrén.
"Estos dos bloques y su rivalidad afectarán todas las áreas, incluyendo la defensa, el comercio, las inversiones y la tecnología. Por lo tanto, el sistema internacional existente se ve desafiado por la alianza informal liderada por China y Rusia, mientras las democracias occidentales intentan defenderlo", subrayó.
Havrén predice que esa rivalidad supondrá un gran golpe para las organizaciones internacionales, que corren el riesgo de quedarse "obsoletas", y que ya están mostrando su incompetencia para resolver problemas candentes, como la guerra contra Ucrania.
La creciente desconfianza impide la cooperación
A pesar de la creciente división entre esos dos bloques, las democracias occidentales siguen esperando mantener un cierto nivel de cooperación con Pekín en cuestiones como el cambio climático. Pero no es fácil, dada la creciente la desconfianza.
John Kerry, enviado presidencial especial de EE.UU. para el clima, dijo recientemente que la cooperación climática entre Washington y Pekín se ha vuelto "más difícil" debido a la agudización de las diferencias de opinión entre ambas partes.
(jov/cp)