La presión de la bota de Bush
12 de febrero de 2003Debido a la rotunda negativa del gobierno del canciller Gerhard Schröder a participar en una guerra contra Irak, Estados Unidos amenaza con congelar inversiones multi-millonarias que se tenía previsto realizar en las bases militares estadounidenses existentes en territorio germano. La desición fue transmitida por la oficina del Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en un comunicado dirigido al comando de fuerzas armadas de Estados Unidos en Alemania. La medida significaría una pérdida de más de 100 millones de euros en inversiones previstas para renovar el aeropuerto militar de Ramstein y de Spangdahlem, ambos en el sur-oeste de Alemania.
El mayor aeropuerto militar en Europa
Dichas bases militares son utilizadas tanto por Estados Unidos como por la OTAN y han jugado un papel clave en recientes operaciones militares, como los ataques aéreos realizados por la Alianza Atlántica en Kosovo hace tres años. Ramstein es el mayor aeropuerto estadounidense en Europa y se preveía su renovación y ampliación a mediados del 2003. A pesar de no compartir la estrategia del presidente Bush en torno a Irak, el jefe de gobierno germano aseguró que los aviones estadounidenses podrían utilizar el espacio aéreo y las bases militares existentes en territorio alemán.
Apretar en donde más duele
Washington amenaza también con castigar a empresas germanas que tengan algún vínculo con Irak. En otra carta dirigida al Ministerio alemán de Economía en Berlín, la administración Bush afirma que toda empresa germana que mantenga actividades comerciales con Bagdad, estaría comprometiendo sus relaciones con socios estadounidenses. El comercio bilateral entre Alemania e Irak asciende a unos 336.5 millones de euros anualmente, según estadísticas del gobierno germano. Abiertamente molesto por la renuencia alemana a apoyar la ofensiva militar estadounidense contra Irak, Rumsfeld no deja de criticar al gobierno de Berlín. Recientemente comparó a Alemania con Libia y Cuba, -los peores enemigos de Estados Unidos- afirmando que ninguno de ellos participaría en la coalición internacional que encabeza Washington contra Bagdad.
Schröder contra la pared
En otro gesto de desprecio contra Francia y Alemania, Rumsfeld llamó a ambas naciones parte de la `vieja Europa´, por su insistencia en continuar con las inspecciones de la ONU y sus reticencias ante el uso de la fuerza militar para desarmar a Sadam Hussein. La posición de Schröder le ha valido las simpatías y vítores de pacifistas del mundo entero, pero le causan una tensión política y económica en uno de los peores momentos de su gestión. El canciller germano no logra calmar el ánimo popular, molesto por recientes aumentos de impuestos, ni logra detener el deterioro económico del país.