Guerra antidrogas: el norte pone dinero, el Sur, los muertos
2 de julio de 2021Süddeutsche Zeitung, de Múnich: "Todos los días hay horribles noticias del frente: disparos y decapitaciones en México , en donde decenas de miles de personas han sido asesinadas o desaparecidas. Sicarios en Colombia . Policías brasileños convirtiendo un allanamiento en una masacre. Un presidente filipino que persigue a traficantes y sospechosos sin importarle la ley. Mientras en Afganistán prospera la amapola, el combustible de los talibanes terroristas.
La eterna guerra contra la droga. Cuando se incauta mucha droga, suele pasar mucha más sin ser detectada. La batalla no se puede ganar, y sin embargo se ha prolongado durante medio siglo. El balance: cementerios llenos, cárceles llenas, rutas de refugiados llenas, contenedores llenos. Y las cuentas de las mafias de la droga, llenas.
¿Cifras? Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, se calcula que 275 millones de personas consumieron drogas en 2020. El tráfico de drogas aumentó a pesar de que el tráfico estaba casi paralizado por la pandemia. A esto hay que añadir el crack, la heroína, el cristal, la marihuana, etc. El opiáceo fentanilo está causando una tragedia, mientras otros compran los licores en supermercados.
Con las ganancias se puede comprar todo: empresarios, políticos, policías, militares, fiscales, jueces, se desintegran países en América Latina y otras partes. Los miles de millones de la droga inflan la industria financiera y acaban blanqueados en empresas y el sector inmobiliario.
Los miles de millones que se gastan en la guerra estarían mejor invertidos en cuestiones sociales. Por eso hay que frenar el flujo de dinero y el comercio de armas. Entre Estados Unidos y México o Centroamérica, por ejemplo. La cocaína y la marihuana van hacia el norte, y de vuelta van billetes y armas. El Sur pone los muertos y los daños del narcotráfico producen los emigrantes. Peor aún. En Colombia se va a volver a fumigar glifosato desde aviones. Los campos serán envenenados en vez de ofrecer alternativas a los campesinos. Como el agente naranja en Vietnam, una locura”.
Río de Janeiro, una selva de cemento que arrasa
Focus, de Berlín: "Río, con sus 13 millones de habitantes, se expande sin parar. La ciudad invade cada vez más las lagunas y se adentra cada vez más en el bosque. Se construyen bloques de apartamentos, surgen favelas, se talan árboles. Y cada vez más residuos acaban en el medio ambiente.
Jefferson Pires intenta salvar los animales de Río que sucumben a los ataques del hombre al medio ambiente. Cura a monos electrocutados por cables de la electricidad, a capibaras embestidos por lanchas o a caimanes con el estómago lleno de plástico. Todos ellos víctimas de la urbanización. En América Latina, es especialmente avasalladora. Aquí, el 71% de la gente ya vive en ciudades, y la tendencia va en aumento.
Ricardo Freitas, fundador del Instituto Jacaré, investiga y protege a los 6000 caimanes de Río. Se recurre a él porque los reptiles aparecen en piscinas, jardines y campos de golf. Sin embargo, la mayoría de los caimanes de Río viven en las grandes lagunas del oeste de la ciudad. Pero éstas se asemejan cada vez más a letrinas porque en ellas desembocan las aguas residuales sin tratar de cientos de miles de hogares. Las consecuencias son dramáticas. De las 1.000 especies de animales que antaño eran nativas de la zona, solo queda una docena. Los más resistentes son las garzas, capibaras y caimanes.
Atravesar la laguna causa espanto: está inundada de botellas y bolsas de plástico, sofás, frigoríficos y neumáticos de coche. La descomposición de las heces produce un hedor nauseabundo. La pandemia ha agravado la situación. Los cazadores ilegales matan animales en masa. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, desprecia a los ecologistas y ha recortado la financiación y el personal de los organismos medioambientales”.
Litio, ¿pero de dónde y cómo explotarlo?
Süddeutsche Zeitung, de Múnich: "¿De dónde vienen las materias primas de los coches eléctricos y qué tan ecológica es su explotación? El caso del litio muestra lo fácilmente que puede fallar la prometida era del transporte eléctrico.
Ni un solo punto verde en el horizonte. Los cristales de sal lo cubren todo. En este desierto de sal están las esperanzas del siglo XXI. En el salar de Atacama se encuentran las mayores reservas de litio del mundo. Una batería de iones de litio como la que utiliza Tesla en su Model S contiene unos diez kilogramos de este metal ligero.
Los coches de batería son más demandados que nunca: en el primer semestre del año, su cuota de mercado en Alemania superó el 20%. Para 2030, los fabricantes de automóviles alemanes quieren vender más de uno de cada dos coches con motor eléctrico. Volkswagen planea incluso una cuota eléctrica del 70% y quiere construir seis fábricas de células para finales de la década: cada una de ellas será tan grande como la fábrica de Tesla en el desierto de Nevada, con una producción total de 240 gigavatios hora (GWh).
No son pocos los expertos que se preguntan cómo se van a extraer tan rápidamente las materias primas para la rápida transición del transporte. Se han anunciado en todo el mundo plantas de pilas con más de 2000 gigavatios hora para 2030. No está claro de dónde se supone que va a salir el litio para todas estas pilas.
La Comisión Chilena del Cobre prevé que la demanda mundial de esta materia prima se cuadruplique de aquí a 2030. La cuestión es a qué precio de mercado y con qué normativa medioambiental será rentable la minería. En América Latina, por ejemplo, el llamado triángulo del litio entre Argentina, Bolivia y Chile contiene más de la mitad de los recursos mundiales. Esto se debe a la combinación única en el mundo de actividad volcánica y geotérmica y al clima extremadamente seco del altiplano.
Sin embargo, debido al exceso de oferta y a los bajos precios, últimamente se ha invertido poco en ampliar la producción y desarrollar nuevas fuentes. Bolivia podría satisfacer un 40% de la demanda mundial en 2030. Pero, ¿hasta qué punto se va a respetar el medio ambiente?”
(er)