La prensa en alemán: “Juan Carlos fue expulsado del palacio”

El diario suizo Neue Zürcher Zeitung escribe: "El exilio de Juan Carlos es un drama... para él personalmente, para la corona española, quizás también para un país que apenas cuenta con figuras integradoras. Nadie ha hecho más para aumentar el prestigio de la monarquía española que el rey emérito. Fue Juan Carlos quien, en 1975, tras la muerte del dictador Franco, promovió la transición a la democracia. Fue nuevamente Juan Carlos quien, en 1981, frustró un intento de golpe de Estado, dirigiéndose a la nación en uniforme a través de la televisión y asegurando su apoyo al gobierno democrático. Muchos españoles consideran con razón que el viejo rey es el héroe de la transición democrática. Al mismo tiempo, nadie ha hecho más daño a la reputación de la corona española en los últimos años que Juan Carlos.”

El diario alemán Rheinpfalz, de Ludwigshafen, apunta: “Lo que queda es el asombro por un hombre que en nuestra imaginación burguesa lo tenía todo y sin embargo quería más. Un hombre que aceptó el riesgo de dañar o incluso arruinar no sólo su reputación personal sino también la de su familia y la de la monarquía española. No hay necesidad de sentir lástima por Juan Carlos en vista de las acusaciones que se están haciendo. Pero es lamentable que alguien que sin duda ha prestado servicios excepcionales a su país parezca en algún momento haber perdido completamente el equilibrio interior.”

El diario alemán Mitteldeutsche Zeitung subraya: “Sus méritos se han desvanecido entretanto. En los últimos 20 años, Juan Carlos ha llamado la atención principalmente a través de escándalos: infidelidades, rumores sobre hijos ilegítimos, lujosos viajes de caza y peligrosas amistades con dictadores árabes. El último capítulo de este declive real es el escándalo de las cuentas negras en el extranjero que, según se dice, se llenaron de sobornos. Independientemente de los procedimientos legales, cuyo resultado está abierto, el rey emérito no pudo evitar otro castigo: el rechazo público y el exilio. Porque aunque la Casa Real presente ahora la retirada de Juan Carlos hacia el extranjero como una 'decisión voluntaria', en realidad, fue una expulsión de palacio, impuesta por el hijo, Felipe. Un golpe de liberación indudablemente necesario para salvar a la monarquía parlamentaria de España de la pérdida de prestigio.”

El diario aléman Süddeutsche Zeitung cuestiona el valor de una monarquía en esta época: “El hijo de Juan Carlos, Felipe VI, quiere ser un rey moderno, un monarca limpio. Por eso se ha distanciado a tiempo de su padre, incluso se ha desheredado, por así decirlo, porque no quiere beneficiarse de las cuentas negras de su padre. Pero, por supuesto, se plantea la cuestión de si la monarquía puede satisfacer las exigencias de una época que insiste en la transparencia. En las primeras décadas después de la dictadura, España vivió bastante bien con esta forma de Estado, que mantuvo unido al país dividido hasta cierto punto. Pero las fuerzas centrífugas son cada vez más fuertes, y la monarquía es ahora más un factor divisorio. Los catalanes y los vascos ya no quieren resignarse a ser gobernados por un clan real castellano cuyos miembros están repetidamente involucrados en escándalos de corrupción.”

(gg/er)

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