La pizza no tiene la culpa
5 de julio de 2006
"¡No comeremos más pizza!" Esa fue la amenaza que profirieron algunos alemanes en los días previos al partido entre su selección y la italiana, en el caso de una victoria azzurra. ¿Cumplirán los alemanes sus amenazas? ¿Bajarán las ventas de pizzas en este país? Quisimos saber qué pasó tras la derrota de la selección germana ante Italia y preguntamos a los primeros interesados: Antonio Damato, jefe de la Pizzería Damato en Berlín, a donde habrían ido muchos alemanes a ver la final que tanto esperaban y que finalmente no se hizo realidad, nos cuenta que de momento sus clientes alemanes siguen comprándole. Aunque se sienten tristes, las pizzas no tienen la culpa.
"Estoy casado con una alemana y llevo viviendo treinta años en Berlín, por lo que me siento muy unido a ellos. Casi no pude ver el partido porque tenía mucho que hacer pero pienso que los dos equipos jugaron bien". Como muchos de los italianos que viven en Alemania, lo siente por la derrota del país que le acogió. Lamenta que ya no se volverá a escuchar el "wir fahren nach Berlin" (nos vamos a Berlín) que siempre gritaban en las anteriores victorias que habían cosechado. Pero así es el fútbol, unos ganan y otros pierden.
Enemigos por un día
En la pizzería Piccola de Bonn, hablamos con Corrado, un empleado que vive en esta ciudad desde hace unos 28 años. "Entre la clientela de esta pizzería, la mayoría de los alemanes nos han felicitado por la victoria obtenida, aunque por un día hayamos sido sus 'enemigos' más directos". Sólo unos pocos han criticado su juego y ya no volverán a comer las deliciosas pizzas que hace Corrado. Aunque a él le da igual, porque piensa que Italia se lo ha ganado.
Con una visión muy deportiva, Roberto Carlo, gerente de la Pizzería Pasta Casa, también en Bonn, explica "el fútbol como cualquier deporte debe unir a las gentes del mundo y se basa en la amistad de los pueblos". Se compadece de Alemania y reconoce que en los anteriores partidos Italia no dió lo mejor de sí. Pero dice, bastante orgulloso, "en este último partido demostró la enorme experiencia con la que contamos en este deporte". Los empleados y la clientela fija de esta pizzería forman una gran familia, por lo que unos y otros se han apoyado en el día más negro del sueño alemán. Y nunca, nunca dejarán de comer pizzas.