La peligrosa vida de las aves migratorias
10 de mayo de 2022Se conocen aproximadamente 10.000 especies de aves en la Tierra. Algo menos de la mitad son migratorias. Un total de unas 4.000 especies de aves migran de un lado a otro entre sus zonas de cría y de invernada. Alrededor de dos tercios de ellas recorren largas distancias, volando hasta 20.000 kilómetros al año.
Y hay cifras aún más impresionantes. El cuco, por ejemplo, se desplaza durante unos ocho meses al año. Las golondrinas vuelan hasta 1.000 kilómetros al día, y las cigüeñas ahorran hasta el 90 por ciento de su energía en el vuelo de planeo.
Cada vez más aves migratorias en peligro de extinción
Muchos peligros acechan el vuelo de las aves migratorias sobre el mar y el desierto. Pero su peor enemigo es el ser humano, por su forma de vida, por las consecuencias del cambio climático o por su actividad como cazador. Según la Lista Roja, el 43 por ciento de las especies de aves que se reproducen solo en Alemania están en peligro de extinción, incluidas muchas aves migratorias.
Después de la pérdida de su hábitat, la colisión contra cristales es la principal causa de muerte de aves. Se calcula que mil millones de aves mueren de esa maneara cada año solo en Estados Unidos. Los pájaros no reconocen los reflejos de los árboles o del cielo en los cristales, vuelan hacia ellos y se estrellan. Así como las aves migratorias más débiles pueden morir en el viaje a causa del esfuerzo, el vidrio también mata a los animales fuertes con mejores posibilidades de tener descendencia.
La buena noticia es que este tipo de accidentes puede prevenirse fácilmente, por ejemplo, aplicando una lámina especial para reducir el reflejo. En cambio, las siluetas de aves de presa han demostrado en los estudios su total ineficacia como elemento disuasorio.
Un reciente estudio británico muestra cómo las aves migratorias son especialmente propensas a morir a causa de las turbinas eólicas situadas a lo largo de sus rutas, como la costa báltica alemana, la costa mediterránea occidental de Francia y la costa sur de España. Sin embargo, el estudio también muestra que hay muchas ubicaciones para nuevos aerogeneradores en las que el riesgo para los animales es significativamente menor.
Las líneas eléctricas son más peligrosas que los aerogeneradores
También hay formas directas de evitar las colisiones de las aves con los aerogeneradores, como los sensores que apagan automáticamente las turbinas cuando se acerca algún pájaro. Investigadores noruegos descubrieron en una muestra aleatoria que si se pintan de negro las palas del rotor, las aves reconocen mejor los aerogeneradores y pueden evitarlos.
Según el estudio, mueren muchas más aves por colisión con los tendidos eléctricos que con los aerogeneradores. Especialmente para los animales que vuelan bajo, suponen un gran peligro. En este caso, también podría ser útil marcar los cables de alimentación de forma más visible.
Pero la gente a veces mata a las aves migratorias intencionadamente. Solo en el Mediterráneo se cazan ilegalmente unos 20 millones de aves silvestres cada año, disparándoles ilegalmente.
Caza ilegal de aves silvestres
Ya sea en Egipto, Italia, Chipre, Francia, Malta o Líbano, las aves silvestres se consideran un manjar en muchos países del Mediterráneo. La mayoría se venden en el mercado negro a restaurantes o a particulares.
Atrapados en redes, con diversas trampas o con varillas untadas de pegamento, los pájaros suelen morir con terrible agonía. La caza de aves con pegamento está prohibida en toda la Unión Europea. En 2021, Francia, el último país que permitía esta práctica, también declaró ilegal esta técnica.
Cómo afecta el cambio climático a las aves migratorias
El cambio climático también influye en el comportamiento de las aves migratorias. Debido a los inviernos más templados, cada vez son más las aves que deciden renunciar a su viaje y permanecer en sus lugares de cría durante todo el año. La mayoría son migrantes parciales, es decir, especies de aves como el petirrojo, en las que algunos individuos suelen migrar y otros no.
Pero los voladores de corta o media distancia, como los estorninos, permanecen cada vez más en sus dormideros de verano durante todo el año. La ventaja es que los que se quedan en la zona de cría durante el invierno son los primeros en llegar al lugar de anidación en primavera y pueden encontrar los mejores hábitats y reproducirse mejor. Una desventaja para aquellas aves que se alejan durante el invierno.
En el caso de las aves migratorias de larga distancia, el cambio climático está causando grandes problemas. Según la Real Sociedad para la Protección de las Aves, más del 80 por ciento de los pájaros migratorios de larga distancia de Europa ya tienen que volar más tiempo y más lejos para encontrar zonas de invernada con suficiente comida. Según los investigadores, es probable que el ruiseñor tenga que recorrer en 2070 unos 800 kilómetros más que ahora.
En lugar de desplazarse a España y al norte de África, como sucedía hasta hace unos años, una gran parte de las currucas capirotadas migra ahora desde Europa Central a Gran Bretaña en invierno. El clima, cada vez más templado, hace posible la hibernación. Otra clara ventaja: la distancia de vuelo es mucho más corta y no hay peligrosas barras de pegamento ni redes trampa al acecho.
(ar/cp)