La OSCE, crucial para reconstruir Ucrania tras la guerra
24 de mayo de 2022Cuando Rusia invadió Ucrania, el 24 de febrero pasado, Helga Maria Schmid, secretaria general de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), decidió evacuar a los miembros del personal internacional y reubicar a los empleados locales.
"Esta misión ha llevado a cabo una increíble gran labor", dijo la secretaria general alemana, desde Viena: "No solo en términos de observar el alto el fuego, sino que nuestros más de 1.300 monitores fueron de verdad nuestros ojos y oídos sobre el terreno".
Según Schmid, la anexión de Crimea por parte de Rusia, en 2014, fue un hecho importante para posicionar a la organización como mediador neutral o, al menos, como "la única organización aceptable para todos".
La OSCE también estaba preparada para cumplir una de sus tareas clave entre los separatistas respaldados por Rusia y el Ejército ucraniano, en la región de Donbás: restablecer la paz y la seguridad en Europa.
Rol útil bajo un mandato limitado
La misión en Ucrania ha sido la más grande de la OSCE hasta la fecha. Antje Grawe, coordinadora de la misión, dijo a DW que monitores desarmados habían trabajado 24 horas al día y toda la semana. Sobre todo, patrullando en el este de Ucrania.
Casi desde el principio, Nikola Golubov se unió a la misión como oficial de monitoreo, desde su país de origen, Macedonia del Norte. "Mientras patrullábamos, siempre hablábamos con los civiles y les preguntábamos a qué desafíos se estaban enfrentando", dijo. Comprobaban si los ucranianos aún tenían acceso a servicios médicos, agua corriente, electricidad y gas. ¿Podían sus hijos ir al colegio, cruzar la barrera de contacto y reunirse con sus familiares?
Sin embargo, la organización se ha topado también con sus límites, por ejemplo, por la carencia de personal o porque Rusia, a veces, deniega el acceso a la zona fronteriza. Y a pesar de tales reveses, Jamie Shea, miembro senior del grupo independiente de expertos Friends of Europe (Amigos de Europa), con sede en Bruselas, confirmó que la misión habría "desempeñado un papel útil en términos de dar seguimiento del alto el fuego, registrrar violaciones, obtenerinformación sobre la situación humanitaria y hacer sonar la alarma en caso de que se reiniciara la guerra".
Consenso podría promover el diálogo
La OSCE, según Schmid, es un instrumento, una plataforma para el diálogo. "Pero, en última instancia, no somos una alianza de defensa, si no hay voluntad política", dijo.
Como era de esperar, Rusia vetó la continuación de la misión de monitoreo en Ucrania a fines de marzo. De hecho, basta con que un solo miembro bloquee las decisiones tomadas por los otros 56 países. Además, este sistema también dificulta la exclusión de Rusia del organismo, como ha sucedido también con otras organizaciones internacionales, como el Consejo de Europa.
Para muchos, el hecho de que Rusia y Ucrania permanezcan juntas en esta organización internacional tiene mucho valor. De hecho, los 57 embajadores de todos los continentes de la OSCE continúan reuniéndose todos los jueves en un consejo permanente.
"La OSCE sigue siendo una plataforma para el diálogo", considera Shea. "Pero no realmente con un papel operativo en este momento", lamenta. En estas circunstancias, la organización ha servido de plataforma para que Rusia explique su postura a los miembros y viceversa.
Llegará el momento de la OSCE
La OSCE nació en la Guerra Fría, en la década de 1970, para intentar mejorar las relaciones entre Oriente y Occidente. Desde entonces, su labor se ha centrado en el control de armas, la libertad de prensa, los derechos humanos y las elecciones democráticas.
A pesar de la guerra actual en Ucrania, Schmid considera que el compromiso de la OSCE para encontrar una solución política es una "labor importante". Shea está de acuerdo y añade que "al menos, ha mantenido abiertos los canales de diálogo y comunicación".
(rmr/rml)