"La ONU es un organismo imperfecto, pero no hay otro"
24 de octubre de 2015Deutsche Welle: Señor Schumacher, las Naciones Unidas deben garantizar la paz mundial, el respeto al derecho internacional y los derechos humanos, así como promover la cooperación internacional. ¿Cumple con estas tareas?
Hanns Heinrich Schumacher: Tomándolas en su justa medida, la respuesta es que sí, las cumple. Sobre todo en el terreno del desarrollo, en el proceso de descolonización y en la promoción de derechos humanos. Las medidas para asegurar la paz continúan siendo un problema, aunque hay que decir claramente que esa no es tanto una cuestión de Naciones Unidas, como de los Estados miembro, que suelen obstaculizar la solución de conflictos con bloqueos o negándose a cooperar. Un ejemplo actual: Siria.
En los casos de Siria, el terrorismo de Estado Islámico, Ucrania y la crisis de refugiados, las Naciones Unidas no tienen buena imagen. ¿Por qué? ¿Hacen falta reformas?
Desde 1990 se invoca una la reforma de las Naciones Unidas como si fuera la panacea. A mí eso me parece superficial. Teníamos esbozadas dos reformas esenciales que, sencillamente, no pudieron implementarse. Ambas se iniciaron en los tiempos de Kofi Annan. Por un lado, hay un informe que un comité de expertos cuestionó por motivos de seguridad. Por el otro, hay varias propuestas de reforma del propio Kofi Annan, que fueron rechazadas por la Asamblea General.
El segundo problema a la hora de abordar los retos en seguridad internacional reside en el hecho de que hay bloqueos en las resoluciones del Consejo de Seguridad. Esa es la razón principal. El caso de Siria lo ejemplifica claramente. Hace cinco años, el Consejo de Derechos Humanos y el Consejo de Seguridad de la ONU aprobaron declaraciones que lamentaban la pérdida de 5.000 vidas humanas. Hoy hablamos de 250.000 o más víctimas mortales, Siria parece desmoronarse y la situación es difusa y errática.
Ha habido misiones de los cascos azules de la ONU que han resultado fallidas. ¿Cuáles han sido sus fracasos más sonados?
Seguramente, el genocidio en Ruanda. También la irreflexiva declaración de zonas de refugio en Bosnia que no estaban suficientemente protegidas militarmente, lo que condujo a la masacre de Srebrenica. O el intento de estabilizar Somalia con una operación humanitaria que no fue llevada a cabo de forma consistente y que acabó fracasando. Pero también hemos tenido éxitos.
¿Cuáles?
Por ejemplo, el proceso de paz y reconciliación en Guatemala. Definitivamente, tampoco ha sido un fracaso la operación a gran escala que sigue en marcha a día de hoy en la República Democrática del Congo. Algo más atrás en sus logros queda la que en su día fuera la operación más grande jamás lanzada por la ONU, la de la independencia de Namibia. Pero no quisiera concentrar los éxitos solo en operaciones para garantizar la paz. También en los objetivos del milenio, adoptados en el año 2000, las Naciones Unidas han conseguido éxitos dignos de mención, como avances en derechos de mujeres, niños y discapacitados, sin olvidar el papel destacado de la ONU y sus organizaciones especiales en el desarrollo de la ayuda humanitaria.
¿Cómo valora usted el papel de Alemania en Naciones Unidas?
Alemania ha jugado un papel positivo y activo. Cierto es que hubo un tiempo en que se nos acusaba de que siempre queríamos estar en el lado de los buenos. Nos hemos comprometido sobre todo con objetivos humanitarios y otros ideales, tratando de dejar a un lado las confrontaciones, sobre todo las militares. Alemania está muy abajo en la lista de países de la ONU que aportan tropas para misiones de la organización. La ONU suele quejarse de que Alemania no está tan comprometida militarmente como pudiera. Estamos tratando de corregir esto. Pero un ámbito al que Alemania ha dedicado especial atención desde 2010 es el de la ayuda humanitaria. En comparación con otros países, Alemania no es solo uno de los Estados que más dinero aporta, sino también que trata de implementar nuevos proyectos de ayuda, algo que también se aplica a la cuestión de los refugiados.
Señor Schumacher, las Naciones Unidas cumplen 70 años. ¿Qué hubiera ocurrido si la organización nunca hubiera existido o si dejara de existir?
El mundo estaría probablemente mucho peor de lo que está. Es un organismo imperfecto, pero no tenemos otro. En un mundo globalizado necesitamos un lugar donde poder hablar de los problemas comunes. Creo que debemos impulsar una sociedad enfocada en la cooperación. Eso solo puede hacerse con los órganos de cooperación de la ONU. De momento, estamos lejos de lograrlo.
Hanns Heinrich Schumacher (nacido el 10 de noviembre de 1948 en Duisburg-Hamborn) dirigió como embajador la delegación permanente de Alemania en Naciones Unidas en Ginebra. Entre 2001 y 2002 fue embajador de Alemania en la ONU en Nueva York.