La obesidad avanza en Alemania
29 de junio de 2012Sonja Berzbach pesaba 152 kilos hace unos años, cuando se alimentaba de pizza y chocolate y en las noches vaciaba el refrigerador presa de frustración. La enfermera de profesión, de 34 años, mide 1,74 metros y era un caso clínico de obesidad. Tuvo que tocar fondo para proponerse cambiar de alimentación y bajar de peso a base de mucho ejercicio y disciplina. Al final lo decisivo fue una operación y un grupo de ayuda, cerca de Bonn.
La obesidad se define clínicamente como excesiva masa corporal, de acuerdo con el índice de masa corporal, BMI, según sus siglas en inglés, una medida de asociación entre el peso y la talla de una persona ideada por el estadístico belga LAJ Quetelet.
A partir de un índice de masa corporal de 25 se habla de un problema ligero de obesidad. La alimentación equivocada es sólo una de las causas del sobrepeso, porque también puede influir la herencia genética, el lugar de trabajo e incluso el nivel educativo. Se sabe que las personas de mayor educación y mejores ingresos tienen por lo general mejores hábitos de salud.
Puerta de acceso a otras enfermedades
El problema de la gordura es que puede ser la puerta para otras enfermedades, desde problemas en las articulaciones hasta diabetes, pasando por un sinnúmero de enfermedades del sistema cardiovascular.
A ello hay que sumar la tendencia a la depresión que sufre la persona afectada, por lo que en su tratamiento hay varias disciplinas involucradas, desde asesores en nutrición hasta psicólogos, pedagogos y médicos internistas. En la Sociedad Alemana para la Obesidad hay hasta 25 distintos grupos profesionales que atienden a los pacientes.
En los niños la obesidad también avanza debido sobre todo a los malos hábitos en la alimentación, poco deporte y horas de inactividad ante el televisor y la computadora. En los niños el problema se convierte rápidamente en un caso clínico, debido a menudo a que no tienen una vida cotidiana bien estructurada y pasan largas horas solos cuando los padres trabajan.
Para Stefanie Gerlach, los padres juegan un papel decisivo. "Los padres deciden qué comida hay accesible en la casa y son los que definen también las reglas en casa". La experta afirma que los niños obesos deben ser atendidos por psicólogos.
Operación, alternativa extrema
En los casos extremos de obesidad la única salida es una operación para reducir el estómago, que contribuye a que el paciente coma menos y se sienta rápidamente satisfecho.
Martin Pronadl, del hospital Alfred Krupp, de Essen, realiza entre 120 y 140 operaciones de este tipo al año. El más obeso que ha llegado a intervenir pesaba 270 kilos antes de la operación. El paciente perdió después 170 kilos.
Otros países como Dinamarca utilizan medios poco convencionales en la prevención. En octubre pasado, el Estado introdujo un impuesto a la grasa, el primero en el mundo entero, que se aplica a todo producto alimenticio que contenga más de 2,3 por ciento de grasa, lo mismo si es leche, pizza o mantequilla. Por cada kilo de grasa, los productores tienen que pagar el equivalente a 2,15 euros.
Autora: Gudrun Heise/ Eva Usi
Editora: Emilia Rojas