La nueva Izquierda trastoca el panorama partidista alemán
15 de junio de 2007Este sábado se reunen los 796 delegados de Die Linkspartei.PDS (Partido del Socialismo Democrático) y WASG (Alternativa Electoral por el Trabajo y la Justicia Social) para celebrar el congreso fundacional de "Die Linke" (La Izquierda) en Berlín. "El panorama de partidos va a sufrir cambios", afirma el presidente del Linkspartei.PDS, Lothar Bisky. Por su parte, Guido Westerwelle, presidente del Partido Liberal Demócrata (FDP), ve en ello incluso la amenaza de que el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) dé un giro a la izquierda y de que el eje intelectual de la República se tuerza también en la misma dirección. El experto en partidos políticos Klaus Detterbeck también pronostica en entrevista con DW-WORLD que una izquierda reforzada podría presionar a los socialdemócratas.
DW-WORLD: ¿Qué consecuencias tendrá la unión de Linkspartei.PDS y WASG para el panorama de los partidos en Alemania?
Klaus Detterbeck: En caso de que La Izquierda pueda establecerse a nivel nacional, el SPD tendría que contar en todas las elecciones con un competidor por el flanco izquierdo, que ennfoca su atención sobre todo en la política social y económica. En realidad, esto constituiría un cambio importante en el ámbito de la competición entre partidos. Presenciaríamos de nuevo un mayor parecido entre los sistemas políticos oriental y occidental.
Pero todavía dudo que Die Linke realmente llegue a asentarse en la parte occidental de Alemania. De acuerdo con mis cálculos, seguirá siendo un partido más orientado a la Alemania del Este, con algún que otro bastión en la zona occidental, como Sarre o Bremen.
Deberían temer los partidos más grandes a la nueva fuerza política?
Para el SPD, una izquierda revitalizada sí que supone un problema, sin duda alguna. Para la Unión Cristianodemócrata (CDU), Die Linke no supone ninguna amenaza, ni en relación a las elecciones, ni en lo que al contenido político se refiere. Incluso la CDU/CSU podría conseguir desacreditar las propuestas del SPD, acusándolas de ser demasiado cercanas a La Izquierda.
¿Cómo deberían reaccionar los socialdemócratas, que ya han de temer grandes pérdidas de adeptos a manos del nuevo partido?
Por un lado, el SPD debería intentar delimitar claramente su posición respecto a la de Die Linke. Por otro, también debería descubrir qué es lo que sus ex-votantes encuentran de atractivo en el nuevo partido, lo cual hace referencia, sobre todo, al tema del Estado de bienestar. Va a surgir una competición entre ambos partidos en el tema de la justicia social. El SPD sólo podrá frenar el golpe de Die Linke sin espantar a los votantes de centro, cuando entienda la necesidad de aclarar a sus seguidores que su política de reformas está orientada a lo social.
Die Linke está dirigida por los populistas Oskar Lafontaine y Gregor Gysi. Normalmente, los populistas sólo triunfan cuando algo va mal en la sociedad. ¿Qué marcha mal en Alemania? ¿Tiene el populismo posibilidades reales en Alemania?
El PDS ha llegado tarde, pero sin embargo no ha perdido el tren de las protestas contra la reducción de las políticas sociales, sobre todo en el Este. Sin la agenda de reformas emprendida por el gobierno de Gerhard Schröder, WASG no se hubiera fundado. Die Linke retoma los miedos de la sociedad, pero, al mismo tiempo, está a favor de la demanda de un Estado social en su sentido tradicional.
También se puede observar movimientos parecidos en otros países europeos, como los escandinavos. Es positivo que las preocupaciones del pueblo encuentren su lugar en la política; imagínese la alienación que hubieran sufrido los alemanes del Este respecto a la política federal si no hubiese sido por el PDS. Con toda seguridad, a veces es fácil no compartir los conceptos, a veces tan extremadamente simples, de la izquierda, pero éstos exhortan a aquello que los partidos más asentados tienden a olvidar: la necesidad de aclarar al pueblo para qué se elaboran las políticas, la de plantearse preguntas críticas y la de anunciar hacia dónde se deberían dirigir las reformas.
La protesta social-política que Die Linke encarna, apremia a los partidos del Gobierno, que, de hecho, tienen que tomar decisiones responsables, a que se ocupen más de las preocupaciones del pueblo.
Y sobre Lafontaine y Gysi: son simplemente las dos estrellas del partido. Pueden ocultar muchas cosas bajo la diversidad interna de la nueva coalición y pueden impresionar a los de fuera. Sin ellos dos el futuro de la izquierda sería bastante negro, sobre todo en su intento por establecerse en la Alemania occidental. En mi opinión, existe la amenaza de que Lafontaine se pase de la raya. Su reacción ante la muerte de los soldados alemanes en Afganistán llegó al límite de lo políticamente aceptable´.
¿Qué significa el refuerzo de la izquierda para la extrema derecha, para el populismo de derechas?
Una carrera por las auténticas protestas contra "los de arriba". Una izquierda más reforzada le dificultaría a la extrema derecha llevar a cabo una protesta contra la reforma del Estado de bienestar a favor de sus oscuros objetivos.
¿Qué diferencia el populismo de izquierdas en Alemania del de América Latina?
El contexto es completamente diferente. En América Latina, el problema gira alrededor de la privatización de los derechos, de la marginación social, sobre todo de los indígenas, y de desigualdades sociales que claman al cielo. Toda la retórica de izquierdas no va a conseguir poner punto final al problema. Por eso, la izquierda tampoco va a ganar ninguna mayoría, sino que seguirá siendo el aguijón de los insatisfechos.
Klaus Detterbeck es experto en el sistema político alemán, en análisis comparativos de democracias occidentales, en investigación de partidos y en teoría de la democracia. Trabaja para el Instituto de Politología de la Universidad de Magdeburgo.