La musa del nazismo

El diario español, El País, escribe: "Su obra, pocos lo dudan, raya en la genialidad. Así lo demostró sobre todo en dos grandes documentales: El triunfo de la voluntad (1935) y Olimpiadas (1938). Ambas fueron películas propagandísticas del Tercer Reich, y de allí se desprende la paradoja que cargaría siempre consigo Leni Riefenstahl: la de un inconmensurable talento artístico puesto al servicio de lo peor que ha dado la humanidad. La cineasta nunca quiso desprenderse de esta contradicción. Hasta el fin de sus días se escondió tras su supuesta ingenuidad y el intencional carácter apocalíptico de sus películas".

La cineasta más talentosa del siglo XX

Por su parte el rotativo británico, Daily Telegraph, afirma: "Leni Riefenstahl fue la cineasta mujer más talentosa del siglo XX. La veneración que le tuvo la Alemania nazi, la convirtió también en una figura temible. Leni Riefenstahl se pasó la mitad de su vida negando que compartiera los mismos objetivos que Hitler. Pero su argumento de haber acompañado su época de manera objetiva, tan sólo como artista, convenció a pocos. Mucho más plausible fue su observación de que compartió con millones de alemanes la admiración por Hitler. Sólo hasta echar una mirada retrospectiva a la historia se dio cuenta de que cometió un terrible error".

Sombras de una personalidad controvertida

También la prensa francesa se ocupa de Riefenstahl. El diario, Le Figaro, apunta: "Leni Riefenstahl, la cineasta del Tercer Reich, deja una obra de reconocido talento y llena de sombras de una personalidad controvertida. Siempre quedará como ejemplo del peligroso vínculo entre la genialidad en la búsqueda de la estética y la propaganda al servicio de la peor ideología".

Deslumbrada por la belleza

El matutino holandés, De Telegraaf, comenta su relación con Hitler. "Leni Riefenstahl describió a posteriori su encuentro con Adolfo Hitler como la mayor catástrofe de su vida. Sin embargo el nombre de Hitler quedará indisolublemente vinculado al de ella. Con sus películas "El Triunfo de la voluntad" y "Olimpiadas", pasó a la historia como la cineasta favorita del Führer. Esta mancha en su reputación nunca desapareció, a pesar de que eso tanto la mortificara hasta sus últimos días".

Poco usual que los nazis confiaran en una mujer

Pocos diarios alemanes comentaron su fallecimiento en sus editoriales. El periódico regional, Wetzlarer Neue Zeitung, escribe: Leni Riefenstahl fue una figura demasiado prominente que ocupó un lugar destacado en exceso como para ignorar sus películas de los congresos del Tercer Reich y su visión fílmica de los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín, que comulgaron con el sistema de propaganda del nacionalsocialismo. Aunque Riefenstahl se empeñara en afirmar que como treintañera que era entonces, aprovechó consecuentemente las posibilidades de hacer carrera que le ofrecieron los Nazis, una situación en la que no era ella una excepción en aquel tiempo. Lo que fue poco usual es que un régimen preponderantemente masculino, confiara a una mujer una parte importante de su imagen. Pero lo más cuestionable de Leni Riefenstahl, fue su postura carente de visión tras el fin del régimen nazi. Nunca reconoció, ni ante sí misma ni ante el mundo, el hecho de que con su trabajo apoyó los crímenes de los nazis".