Cuatro décadas de ascenso
10 de septiembre de 2014Durante los primeros 10 años de la Bundesliga, perder el cupo en la primera división alemana no solo era sinónimo de fracaso deportivo; también conllevaba la ruina financiera. Y es que en aquel entonces era casi imposible ascender de nuevo en el enrevesado sistema de cinco divisiones paralelas con torneos propios, en los cuales era difícil establecer cuáles clubes eran profesionales y cuáles aficionados.
En aquella época, los ganadores y los segundos de cada división disputaban un campeonato extra para determinar los dos equipos que llegaban a la primera división. El proceso era agotador, costaba mucho dinero, y ofrecía pocas posibilidades reales de lograr ascender. Por eso los clubes que ya estaban en la Bundesliga defendían su lugar con uñas, dientes, y hasta con trampas.
El escándalo que cambió el fútbol
En la temporada 1970/1971 dos equipos acudieron a medios ilicitos para evitar el descenso: Rot-Weiss Oberhausen y Arminia Bielefeld. Una investigación comprobó que ambos clubes manipularon los resultados de por lo menos ocho partidos de la Bundesliga mediante sobornos a jugadores de clubes de tradición como el Schalke, el Berlín, Stuttgart y Braunschweig.
A partir de ese momento los funcionarios del fútbol en Alemania buscaron durante dos años consecutivos la mejor forma de acabar con los motivos que llevaron a 52 jugadores, dos entrenadores y seis directivos a ofrecer y aceptar chantajes para evitar el descenso. La respuesta la entregaron en el congreso de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) del 30 de junio de 1973, fecha de nacimiento de la Segunda Bundesliga.
La liga de ascenso, con dos campeonatos regionales (norte y sur) que aportarían igual número de nuevos integrantes de la primera división, se inauguraría en la temporada 1974/1975 con un par de estrellas del continente americano: el argentino Carlos Babington y el arquero haitiano Henri Francillon, quienes fueron contratados después de participar en el Mundial de Alemania 1974.
A aquella primera etapa de la Segunda Bundesliga le deben la llegada definitiva al fútbol de élite alemán varios de los clubes más importantes de la actualidad: Hannover (1975), Stuttgart (1977), Leverkusen (1979), y Bremen (1980). En 1981 la liga de ascenso fue sometida a un reajuste que le dio el formato que se conoce hoy. Los dos campeonatos se unificaron y el número de clubes se redujo de 40 a 20 para equilibrar más la competencia y proteger mejor las finazas de los participantes.
Cada vez más atractiva
Con el paso de los años la segunda división alemana, achicada a solo 18 equipos, ha ganado aceptación entre la afición, que cada vez la sigue con mayor entusiasmo e interés. Una de las razones es que casi todas las hinchadas han visto a sus equipos allí, luchando por obtener, o recuperar, una plaza en la Bundesliga. Son muchos los grandes que han tenido que dar la lucha en la liga de ascenso: Friburgo, Berlín, Fráncfort, Colonia, Gladbach... Tampoco se han salvado prominentes clubes como el Dortmund y el Schalke, que este año son la cara internacional de Alemania en la Champions League.
En cuatro décadas de existencia, la Segunda Bundesliga le ha entregado al fútbol alemán figuras de talla internacional como Felix Magath (como jugador y entrenador), Jürgen Klinsmann, Rudi Völler, Andreas Brehme, y el actual campeón del mundo Lukas Podolski. Esto explica el constante crecimiento de la afluencia de público a sus partidos, que en la temporada pasada registró la cifra récord de 5,5 millones de espectadores con un promedio de casi 18.000 personas en el estadio por juego, una cifra similar a la que alcanzan el fútbol profesional de la MLS, el basquetbol de la NBA, o el hockey sobre hielo de la NHL en Estados Unidos .
La historia de la segunda división alemana ha escrito páginas inolvidables, entre ellas el ascenso del Kaiserslautern de la mano del entrenador Otto Rehhagel en 1997 directo al título en la Bundesliga en 1998, o los 26 años seguidos que se mantuvo en la categoría un equipo de barrio, el Fortuna de Colonia, o el primer gol anotado por un arquero en la Bundesliga como resultado de una jugada colectiva (Roland Kastner), o la más interesante de esta temporada, el protagonismo en el campeonato de un equipo que hace cinco años no existía, el RB Leipzig.