La influencia de COVID en la migración a Europa
6 de octubre de 2021No solo los migrantes están recuperando el tiempo perdido por la pandemia: la pandemia de coronavirus puede convertirse en un factor importante para el aumento de la migración, incluso a lo largo de las peligrosas rutas marítimas. Más de un año y medio después del inicio de la pandemia, datos y análisis señalan cómo las restricciones de COVID-19 en los países europeos afectaron a los migrantes y solicitantes de asilo.
En 2020, "la UE en su conjunto registró un descenso interanual del 33% en las solicitudes de asilo", informó la Comisión Europea a principios de 2021. Mientras tanto, los cruces irregulares de fronteras cayeron a tasas no vistas desde 2013, agregó la Comisión.
También se produjeron algunos acontecimientos preocupantes para los derechos humanos. Muchas oficinas de asilo y consulados cerraron, mientras que algunos puertos fueron declarados inseguros. Algunos solicitantes de asilo no pudieron presentar sus peticiones. Los límites a la libertad de movilidad dejaron atrapados a los migrantes en condiciones insalubres, como en la isla griega de Lesbos; o eran puestos en cuarentena en los países de llegada.
Las medidas antipandemia también alteraron los flujos. En concreto, el cierre de las fronteras en Grecia alejó a los migrantes del este del Mediterráneo hacia el Mediterráneo central, más mortífero, es decir, a la ruta desde el norte de África hasta Italia, donde muchos inmigrantes pierden la vida en el mar.
La inmigración ilegal se duplica en las rutas más importantes
Datos recientes de la agencia fronteriza de la UE, Frontex, muestran un panorama diferente en lo que va de 2021. De enero a agosto se produjo un aumento del 64% de la migración irregular a la UE con respecto al año anterior. El tráfico por la ruta de los Balcanes occidentales casi se duplicó. Esta pasa por Turquía, Albania, Serbia y Macedonia. También se incrementó en la ruta del Mediterráneo central.
"El aumento puede atribuirse a la reanudación de los movimientos migratorios tras el levantamiento de las restricciones del COVID-19", cree Frontex. A la vez, en el Mediterráneo oriental disminuyeron los cruces fronterizos ilegales, algo probablemente relacionado con el cierre de las fronteras de Grecia.
La ruta del Mediterráneo central es la más traficada y mortal de las rutas migratorias hacia Europa. De las cerca de 41.000 personas registradas que cruzaron ilegalmente desde el inicio de 2021 hasta agosto, el grupo más numeroso fue el de los tunecinos, seguidos de los provenientes de Bangladés y Egipto. Libia y Túnez son ahora los principales países de salida.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registró 1.163 migrantes desaparecidos en el Mediterráneo central hasta septiembre de este año, en comparación con las 619 muertes en el mar durante el mismo período de 2020. "Estamos viendo otro año en el que más de mil personas han muerto innecesariamente", dice Julia Black, jefe de proyectos del Centro Mundial de Análisis de Datos sobre Migración (GMDAC) de la OIM.
La ruta de los Balcanes occidentales también registró el doble de cruces ilegales en comparación con el año anterior. Allí, los migrantes procedentes de Siria, Afganistán y Marruecos representaron la mayor parte de las detecciones.
La crisis del coronavirus empuja a la gente hacia el norte
"La inestabilidad sociopolítica y económica, unida a las repercusiones negativas y persistentes de la crisis sanitaria, están aumentando el descontento de la población y pueden impulsar la migración irregular hacia la UE", señala Frontex.
"Se puede afirmar que el COVID ha aumentado y aumentará los factores que impulsan la migración irregular hacia Europa", dice, por su parte, Martin Hofmann, asesor del Centro Internacional para el Desarrollo de Políticas Migratorias (ICMPD). "En Túnez, por ejemplo, el descenso del turismo y la consiguiente disminución de los ingresos impulsaron a un número importante de tunecinos a intentar llegar a Europa de forma irregular", dijo Hofmann.
Este aumento de los flujos migratorios, a su vez, tiene repercusiones en la economía, y en la propagación del COVID-19.
Migrantes y trabajadores estacionales
Un punto clave es cómo los migrantes son más vulnerables a la propagación del COVID-19 y se ven más afectados por ella. Los migrantes irregulares suelen tener acceso muy limitado a la atención sanitaria, incluida la vacunación contra el COVID, advierte Asha Manoharan, analista de datos del GMDAC de la OIM.
La OIM ha constatado que "solo el 33% de 152 países del mundo han incluido a los migrantes irregulares en sus planes nacionales oficiales de vacunación", añadió. Y eso que, señala Manoharan, "los migrantes son una parte vital de la mano de obra en Europa y en todo el mundo". Se calcula que el 13% de todos los trabajadores clave de la UE son inmigrantes. Además, muchos países de la UE dependen de los trabajadores inmigrantes estacionales.
(jov/er)