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La hora de Obama

ers/cp20 de enero de 2009

La investidura de Barack Obama como presidente de Estados Unidos acapara la atención de la prensa europea, que en sus editoriales destaca las dimensiones históricas del hecho.

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Barack Obama, depositario de grandes esperanzas.Imagen: AP

Westdeutsche Zeitung, de Düsseldorf: “Es la hora de los hechos. Ya antes de su investidura, Obama no sólo configuró rápidamente un equipo de asesores económicos de primer nivel, sino que logró conseguir que muchos miembros del Congreso apoyaran su histórico programa económico. Obama ha demostrado que es una figura integradora y un pragmático que aborda los problemas en forma directa, sin permitir que quienes dudan lo desvíen de su ruta. En vista de eso, las grandes esperanzas que Estados Unidos deposita en él podrían ser fundadas”.

Europa extraña líderes como Obama

Salzburger Nachrichten, de Salzburgo: “Barack Obama comenzará a sufrir pronto las consecuencias de las excesivas esperanzas depositadas en él. Pero, aunque sepamos que su rutilante imagen perderá brillo, muchos de nosotros estaríamos felices de tener entre nosotros un líder de ese calibre. A los europeos nos resulta difícil seguir a figuras carismáticas, venerarlas y dejarnos conducir por ellas. En el siglo pasado, Europa tuvo varios líderes, de los cuales algunos terminaron conduciendo a la catástrofe, desde Stalin y Hitler hasta Salazar y Franco: todos fueron tiranos políticos que sumieron a sus pueblos y otros en la desgracia. (...) De seguro aquí no hay menos talentos que al otro lado del Atlántico, pero muchos de ellos quedan atrapados en las estructuras y vericuetos de los partidos, y se ven obstaculizados en su avance por cuadros partidistas intelectual y políticamente mediocres”.

Era post-americana

Magyar Hirlap, de Budapest: “Tampoco la pomposa ceremonia de investidura podrá hacer olvidar en Washington que Obama será el primer presidente estadounidense del orden mundial post-americano. Porque el mundo unipolar predicho en 1990 no se materializó. (...) La política mundial no es una lucha entre el bien y el mal, sino el terreno de la contraposición pragmática de intereses. (...) Y, dado que el mundo no es blanco o negro, no hay a priori respuestas buenas o malas. Tampoco como mesías liberal se puede sofocar los debates, sino que éstos deben desarrollarse en grandes mesas redondas.”

Fin del racismo

La Repubblica, de Roma: “En Washington termina esta tarde la historia oficial del racismo en Estados Unidos. Con Obama acaba el supuesto de la superioridad moral, religiosa y cultural de un color de piel. Cuando Obama apele en su discurso de investidura a la unidad y al carácter único del pueblo estadounidense, destaque la ‘responsabilidad compartida’ y no la actitud de víctima o el revanchismo militante negro, se habrá cerrado definitivamente un capítulo de la historia de la humanidad. Barack Obama ha desencadenado y, al mismo tiempo, hecho efectiva, esta ‘paz’ entre las razas que ahora se irradia desde el Capitolio en Washington.”