La historia del calendario de adviento
Veinticuatro puertas, veinticuatro sorpresas: los calendarios de adviento nos endulzan el tiempo de espera previo a Navidad. Esta típica tradición alemana, que cada vez es más popular en el extranjero, data del siglo XX.
Cada día más cerca de Navidad
Los calendarios de adviento endulzan nuestro tiempo de espera previo a la Nochebuena. Ya sean comprados o caseros, contengan chocolate o juguetes, los calendarios de adviento son un éxito de ventas tanto en Alemania como en el extranjero. Los hay en mil y una variaciones. Esta típica tradición alemana data del siglo XX.
Los comienzos
El reformador Martín Lutero hizo de la Navidad una fiesta familiar con regalos para los niños. Como éstos solían recibir sus obsequios el Día de San Nicolás, su tiempo de espera se alargó. Para facilitar esta espera fueron surgiendo muchas tradiciones como, por ejemplo, el calendario de adviento. Con el tiempo esta tradición protestante conquistó a toda Alemania.
Una paja para cada día
En muchos casos, las familias más humildes sólo pintaban con gis veinticuatro rayas en la puerta de la casa y cada día un niño podía borrar una. Otras familias colocaban pajas en el nacimiento del niño Jesús. Velas y tiras de papel para arrancar son otras variantes de esta tradición. En las casas de las familias más ricas los niños recibían golosinas.
Los primeros calendarios impresos
En 1902, la Librería Protestante de Hamburgo lanzó al mercado el que probablemente fue el primer calendario de adviento impreso. Un año después, el editor muniqués Gerhard Lang comenzó a vender imágenes coloridas para ser recortadas y pegadas en las veinticuatro casillas de una cartulina.
Veinticuatro puertas, veinticuatro sorpresas
Los primeros calendarios de adviento con pequeñas puertas o ventanas salieron al mercado en 1920. Detrás de cada una de las veinticuatro ventanitas se escondía una imagen. En la época del nacionalsocialismo solo se imprimieron imágenes de figuras de cuentos de hadas y de dioses germanos.
Un producto de consumo masivo
A partir de la década del cincuenta, el calendario de adviento se volvió popular en toda Alemania, convirtiéndose en un producto barato de consumo masivo. Detrás de las ventanitas muchas veces se escondían imágenes de paisajes nevados y motivos cristianos. Algunos calendarios ya contenían chocolates u otras golosinas. Este calendario es de 1965.
Creatividad ilimitada
Hoy en día, se esconden figuras de chocolate o juguetes detrás de las veinticuatro puertas de un típico calendario de adviento. Para conquistar el mercado internacional, los motivos de las figuras e imágenes tienen que ser universales. Por ello, muchas veces, María y José son reemplazados por osos y árboles de navidad.
Abriendo literalmente puertas y ventanas
En la actualidad, cada vez más casas en las ciudades son transformadas en calendarios de adviento. Cada día literalmente se abre una ventana. El calendario de adviento más grande del mundo se encuentra en Leipzig. Las puertas de este calendario miden dos por tres metros.