La historia de los zoos alemanes en imágenes
Más de 70 millones de personas visitan anualmente los zoos alemanes, cuyas instalaciones actuales nada tienen que ver con los zoológicos de antaño. Los invitamos a hacer un pequeño recorrido por su historia.
El primer zoo de Alemania
El jardín zoológico de Londres entusiasmó de tal modo al zoólogo Martin Hinrich Lichtenstein, que este se propuso fundar el suyo propio. En 1841, consiguió convencer al rey de Prusia, que mandó separar unas 22 hectáreas del parque berlinés conocido como Tiergarten para erigir el primer zoo alemán.
Llegan los primeros animales
En 1845 llegan, entre otros, dos coatíes, tres zorros polares, un chacal, dos tejones, 24 monos y tres osos siberianos. En 1846, el zoo recibe leones y tigres y, en 1857, el primer elefante. La primera cebra pisó el zoo berlinés en 1861. Pero pronto aparecieron grandes obstáculos: muchos animales mueren en su nuevo hogar.
Schönbrunn, modelo para criar animales exóticos
En el Tiergarten vienés de Schönbrunn nace en 1906 el primer elefante en cautividad. En 1914, el lugar cuenta con casi 3.500 animales y es un modelo para el zoo berlinés. Actualmente, el vienés es uno de los zoos más antiguos del mundo y uno de los más visitados de Europa.
Precedentes de los zoos
En la segunda mitad del siglo XIX, abrieron muchos zoos en poco tiempo. Tras Berlín, vinieron Fráncfort, Colonia, Hamburgo, Basilea, Leipzig y Stettin. Pero esta fiebre tiene precedentes: ya en 1571, el landgrave Guillermo IV erigió cerca de Kassel el “Jardín animal de Sababurg”, que utilizaba solo para cazar. Para observar el comportamiento de los animales, empleó a naturalistas.
Protección de patrimonio
El zoo berlinés construyó recintos para animales, como este de la imagen, pensado para antílopes, tratando de reflejar el origen exótico de sus inquilinos. No es tan fácil desmantelar algunos recintos y volverlos a hacer, porque a menudo están protegidos como patrimonio.
Aprender de forma relajada
En el siglo XX se inauguraron muchos acuarios en Alemania. A ellos se le sumaron parques marinos, de pájaros, de primates e incluso parques al estilo safari para recorrer en coche o autobús. Con el milagro económico de las décadas de los 50 y 60, llegaron los zoos también a las ciudades pequeñas.
El zoo como almacén de animales
Tras la posguerra, crece el interés por los zoos, que se convierten en lugares vivos de formación. Fosos y barrotes separan a los animales de los visitantes. En la década de los 70 emerge el interés por la psicología animal y los zoos tratan de reformar los recintos para los animales.
De vuelta a la naturaleza
El nuevo trato hacia los animales se traduce en ausencia de barrotes para admirarlos. El zoo de Múnich introduce el concepto de geo-zoo, por el que los animales ya no se agrupan por criterios sistemáticos, sino por continentes: los leones junto a las cebras, las jirafas y los elefantes. El entorno debe parecerse lo más posible al auténtico.
El futuro de los zoos
Las jaulas estrechas y los recintos de cemento ya no se estilan. Algunos zoos, como el de Fráncfort, han decidido clausurar sus recintos para elefantes, por no poder ofrecerles suficiente espacio.
El papel de los zoos de hoy
Los zoos actuales crían animales para liberarlos después. Además, instruyen a los visitantes sobre los hábitats de las especies y están comprometidos con la protección de la naturaleza y el medioambiente. Sus detractores opinan que no es justificable mantener a los animales en cautividad.
Una amplia oferta de tiempo libre
Más de 70 millones de personas visitan anualmente los zoos y parques animales en Alemania. El sector tiene una amplia oferta de tiempo libre que incluye parques de aventuras y restaurantes temáticos. El zoo de Colonia acaba de abrir una granja en la que el visitante puede observar de cerca vacas y cabras.