La hija europea de GM podría seguir viviendo
17 de marzo de 2009Después de charlas con la cúpula de General Motors (GM) y con el secretario del Tesoro estadounidense, el ministro alemán de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg dio una luz de esperanza de vida a Opel, la sucursal de GM en Alemania y Europa.
Un posible escenario de salvación pasa por encontrar un inversionista privado y la otra posibilidad es que la misma GM asuma una participación minoritaria en Opel. Alemania, así el ministro, está abierta a la posibilidad de ayudar a Opel, pero dijo que necesitaba estar segura de que ninguna parte de su apoyo estatal llegue a GM, que está buscando más ayuda de rescate del Gobierno estadounidense para sobrevivir.
Un enfermo grave
Y es que la paciente General Motors ha caído en coma. Desde hace tres meses los médicos lo mantienen artificialmente con vida: ésta surge de las arcas del Tesoro estadounidense. Un crédito de 30 mil millones de dólares necesita en total GM, según informaciones del gobierno de Estados Unidos, para lograr remontar. La gigante automotriz ya ha recibido la mitad de ese monto. Hace pocos días, un rayo de sol atravesó el cielo encapotado: que el consorcio no necesitaba los dos mil millones de dólares solicitados para marzo se escuchó en el noticiero del New York Financial Press. La explicación de GM: en los primeros meses de este año se ha reducido más gastos y costos de lo previsto. A pesar de ello, su lucha por la supervivencia aún no ha terminado.
Hasta fines de marzo, el Gobierno del presidente Obama tendrá que decidir si la ilustre enferma recibirá más ayuda en forma de créditos provenientes de la caja de impuestos. La condición para ello es que el plan de saneamiento que GM presentó hace cuatro semanas convenza a los expertos del presidente Obama. El concepto sobre la mesa se parece a una lista de cosas a desechar:
Una lista de cosas a eliminar
47.000 puestos de trabajos tendrán que ser eliminados en todo el mundo. Cinco fábricas más serán cerradas en Estados Unidos. Accionistas y sindicatos tienen que hacer más concesiones. Y, muy importante, GM quiere despedirse de invendibles como el Hammer -un glotón en lo que a combustible se refiere- y comenzar finalmente con líneas más económicas en la esperanza de que así los estadounidenses vuelvan a comprar automóviles. El volumen de ventas de GM en Estados Unidos no para de bajar.
Lo que pase con Opel aún no está claro. ¿En qué medida se puede cortar el cordón umbilical que une a la hija alemana con la madre estadounidense? ¿Una sociedad nueva podría asumir la patente tecnológica de Opel que, supuestamente, GM ha entregado como garantía en Estados Unidos? Interesados en Opel no faltan, informa GM; las negociaciones formales con posibles inversionistas se hacen esperar.
A pesar de todas las rondas de conversaciones, Rick Wagoner, presidente ejecutivo de GM, sigue siendo vago cuando habla del futuro de Opel. Que la empresa se encuentra en conversaciones con múltiples interlocutores, uno de ellos el Gobierno alemán, para "encontrar posibilidades de financiamiento para nuestra sucursal Opel y, creo, que tenemos que escuchar todas las opciones", aseveró Wagoner.
Esperanzas de un ministro
Muchas opciones están abiertas, también para el Gobierno de Washington. Si el plan de saneamiento de GM no logra ser del beneplácito del comité de expertos, no fluirán más millones para el salvataje. Y peor aún: en ese caso, GM tendrá que devolver el monto recibido inmediatamente. Si bien ello representaría la muerte inmediata de la paciente en coma, no necesariamente firmaría el acta de defunción de la hija europea. Por lo menos así podrían entenderse las últimas declaraciones del ministro zu Guttenberg: "GM parece dispuesta a ayudar a los europeos a salvar a su unidad Opel".
Autor: Robert Kiendl/Mirra Banchón
Editor: José Ospina Valencia