La “Guerra Sucia”: Disfraz del Genocidio
A principios de los años ’70, y con el trasfondo de una crisis económica y social sin precedentes, el conflicto entre las alas izquierda y derecha del Peronismo se agudiza. El Gobierno Argentino responde con violencia y represión, y es así que múltiples y graves enfrentamientos están a la orden del día. No hay consenso acerca de cómo sacar al país de la crisis, y finalmente es el Ejército quien sale vencedor con el poder de las armas. Con su ejercicio del terror destruyeron las esperanzas e ideas de toda una generación de argentinos.
El Golpe Militar, que en sus comienzos aparentaba tener rasgos no violentos, no llegó de forma inesperada, según opinan algunos observadores, y levantó, incluso entre muchos argentinos, una brizna de esperanza. Cuando Isabel Perón renunció a su cargo el 24 de marzo de 1976 y la Junta Militar, bajo el mando de Jorge Rafael Videla, tomó el poder, Argentina se encontraba ya en medio de una guerra civil. Incluso algunos opositores llegaron a creer que con una dictadura "moderada" podrían volver la paz y el orden al conmocionado país, y que así se allanaría el camino hacia la democracia.
Pero al poco tiempo, estas esperanzas algo ingenuas terminaron por desaparecer. La última dictadura sudamericana, en orden cronológico, ya que los países limítrofes Chile (1973), Paraguay (1954) y Uruguay (1973) eran gobernados por dictadores hacía tiempo, se convertiría en uno de los casos más sangrientos de terrorismo de estado. Según José Pablo Feinmann, periodista y escritor argentino, "el genocidio argentino, uno de los más relevantes del siglo XX, estremece, precisamente por su rigor, su instrumentalidad, su "racionalidad". Ya en 1975 Videla, en la XI Conferencia Ejércitos Americanos, realizada en Montevideo, y que formaba parte del llamado "Plan Cóndor", declaraba sin dejar lugar a dudas que cualquier método sería válido para llevar a cabo el "Proceso de Reorganización Nacional", como llamaron las Fuerzas Armadas a la Dictadura. "En la Argentina van a tener que morir todas las personas que sean necesarias para lograr la seguridad del país", amenazó Videla ya entonces.
El "Plan Cóndor" fue un sistema represivo coordinado entre los regímenes militares que gobernaron el Cono Sur americano fundamentalmente en la década de los setenta, con el objetivo de perseguir y eliminar a sus opositores políticos, aun fuera de las fronteras nacionales. Según el Juez Federal argentino Rodolfo Canicoba Corral, que procesó a Jorge Videla en el 2001, "El Plan Cóndor resultó ser una vasta organización criminal que actuó en el Cono Sur y que tenía por objetivo el secuestro de personas, su desaparición, muerte o tormento, sin importar los límites territoriales o nacionalidades de las víctimas".
La División del Movimiento Peronista
Ya desde fines de los años ’60 Argentina se encontraba convulsionada. El motivo era el conflicto entre las alas del Peronismo, que se agudizaba cada vez más, con el agravante de una crisis económica que hacía estragos en la población. El ala izquierda del Peronismo estaba formada por estudiantes, trabajadores y sindicalistas, quienes reclamaban un cambio fundamental en las estructuras económicas y sociales. En el ala derecha se encontraban los peronistas tradicionales, que buscaban ocupar un lugar en el sistema ya existente.
Juan Domingo Perón vuelve al país en 1973 de su exilio en España, motivado por un golpe militar que derrocó su gobierno en 1955, y gana las elecciones presidenciales con una victoria arrasadora del 62%. Pero él tampoco logra pacificar el país. La espiral de violencia escala aún más cuando muere Perón, el 1º de Julio de 1974, y su esposa, Isabel Perón, se hace cargo del gobierno. Grupos guerrilleros de izquierda como los Montoneros y el ERP (Ejército Revolucionario Popular) asesinan a miembros de las Fuerzas Armadas y sindicalistas corruptos, y, por el otro lado, los escuadrones de la muerte de la "Triple A", tolerados por el gobierno, asesinan a peronistas de izquierda, periodistas, obreros y estudiantes.
El Golpe no sorprendió a nadie
Era sólo cuestión de tiempo hasta que los militares entraran en escena. Poco después de derrocar al gobierno y tomar el poder, pusieron en funcionamiento su sangrienta maquinaria de terror y represión, con el secuestro sistemático de personas. No respetaban ni siquiera a niños ni a embarazadas. La definición de Videla del "terrorista" es la siguiente: "Terrorista no es sólo aquel que utiliza un arma o una bomba, sino también quien propaga ideas que no condicen con los valores de la civilización occidental y cristiana." Esto significa que cualquier persona que no cae en gracia a la Junta Militar es declarado "comunista" y perseguido sin piedad. Los familiares de las víctimas tampoco estaban a salvo.
Las organizaciones de Derechos Humanos sostienen que hay 30.000 personas desaparecidas. Los secuestros eran efectuados en su mayoría por personal armado y de civil, en horarios nocturnos, y ante la mirada horrorizada de los familiares de las víctimas, que eran trasladadas luego a centros de detención clandestinos, en los que se los torturaba y asesinaba. A muchos se los anestesiaba, se los ataba y se los tiraba, con vida aún, desde un avión al mar abierto. Otros tantos cadáveres fueron enterrados en fosas comunes, sin nombre, sin ni siquiera un número que los identificaran. En las torturas y asesinatos están implicados tanto militares como civiles. También la iglesia ha tenido que revisar su papel durante la dictadura y disculparse de que no haya sido el que correspondía con los valores cristianos. La Junta Militar negó oficialmente la detención ilegal de personas, desligándose así de la responsabilidad por estos crímenes y por el destino de los desaparecidos, tanto ante los familiares de las víctimas como ante los gobiernos del mundo.
Derrota ignominiosa para el Ejército argentino
No les bastó con asesinar a toda una generación de argentinos, sino que además, en su delirio de grandeza, llevaron al país a una guerra destinada al fracaso. En 1982 mueren centenares de jóvenes en la Guerra de las Malvinas, y los militares son derrotados por Gran Bretaña en un torpe intento de recuperar las Islas. Con la llamada a elecciones y su entrega del poder en 1983, no sólo dejaron el legado de cientos de familias aterrorizadas y traumatizadas, sino también un país sumido en la pobreza. El enorme endeudamiento nacional tiene su origen en los años ’70, cuando se gastaban sumas astronómicas en armamento y se liquidaba la economía local. La política neoliberal del entonces Ministro de Economía, José Martínez de Hoz llevó a la ruina a la industria nacional, enriqueciendo a los grandes inversores extranjeros.