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La guerra en Irak y su sombra sobre Frank-Walter Steinmeier

Evan Romero Castillo (lb/jov)18 de diciembre de 2008

Frank-Walter Steinmeier siempre se dijo contrario a que Alemania participara en la guerra de Irak. Pero precisamente ahora que aspira al cargo de canciller, le toca hacer frente a evidencias que sugieren que mintió.

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Frank-Walter Steinmeier, vicepresidente y ministro de Exteriores alemán, y candidato electoral por el Partido Socialdemócrata.Imagen: AP

El vicepresidente y ministro de relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, descubrió el sinsabor que pueden dejar las alabanzas a más tardar el fin de semana pasado, cuando la revista Der Spiegel publicó entrevistas con militares estadounidenses de alto rango que elogian la labor de inteligencia desempeñada por dos agentes secretos alemanes durante la primavera de 2003, subrayando que la información proveída por ellos al Gobierno norteamericano para la planificación de la guerra de Irak sólo puede describirse como invalorable.

Steinmeier era entonces jefe de la Cancillería Federal y, en consecuencia, cargaba sobre sus hombros con la responsabilidad política por la actuación del Servicio Federal de Inteligencia (BND).

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Gerhard Schröder era canciller cuando estalló la guerra en Irak, e hizo del "no" alemán una divisa.Imagen: AP

Este jueves 18 de diciembre, Steinmeier declaró como testigo ante la comisión que investiga el envío de los agentes del BND a Bagdad a principios de 2003, esperando salir airoso de este interrogatorio como lo ha hecho en otras ocasiones. Esta es la quinta vez que Steinmeier testifica frente a una comisión que le sigue la pista a un posible apoyo directo o indirecto a las tropas estadounidenses en Irak por parte del Gobierno alemán.

Pero ahora, el interrogatorio es distinto: supone peligros considerables para la carrera política de Steinmeier y las aspiraciones de su partido en las elecciones de 2009. Después de todo, es la primera vez que testifica desde que fue nominado como candidato de los socialdemócratas (SPD) al puesto de canciller y los testimonios aludidos en el reportaje de Der Spiegel ponen en entredicho la credibilidad del anterior Ejecutivo de coalición del SPD y los verdes (1998-2005), dirigido por el canciller Gerhard Schröder y su ministro de Exteriores, Joschka Fischer, quienes hicieron de su discurso contra la guerra de Irak el leitmotiv que les permitió resultar reelectos con una pequeña mayoría en los comicios de 2002. Además, este nuevo “escándalo” pone al alcance de sus adversarios argumentos fáciles de ser instrumentalizados en la campaña electoral de 2009.

La campaña ya comenzó

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La opinión pública alemana estaba masivamente en contra de la guerra en Irak.Imagen: AP

“Nosotros confiábamos más en las informaciones proveídas por Alemania que en las de la CIA”, admite el general James Marks en la citada entrevista, usando adjetivos como “muy importantes”, “valiosos”, “detallados” y “confiables” para referirse a los reportes que los representantes del BND le hacían llegar y que Marks compartía vía videoconferencia con el comandante en jefe de las tropas de invasión, Tommy Franks, y el mismísimo ministro de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld.

“Sería un gran error subestimar el valor de las informaciones que nos hicieron llegar los alemanes”, comenta el propio Franks en una entrevista posterior publicada por Spiegel Online. “Yo sabía que los alemanes estaban en contra de la guerra, por eso me sorprendió que ellos jugaran un rol tan positivo y útil a nuestro favor durante el conflicto”, añade la coronel Carol Stewart, “quien afirme que esos informes no jugaron ningún papel en las operaciones militares debe estar viviendo en otro planeta”.

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Un oficial estadounidense explica la situación en la capital iraquí, Bagdad, en noviembre de 2006.Imagen: AP

Semejantes aseveraciones no podrían haber causado más conmoción. Thomas Oppermann, jefe de la fracción parlamentaria del SPD, habla de una “entrevista manipulada” y el diario Die Welt menciona la existencia de protocolos del BND que aún no se han hecho públicos y más bien ayudarían a atenuar las críticas en contra de Steinmeier como otrora responsable político del servicio secreto alemán.

Mientras tanto, Hans-Christian Ströbele, representante del partido ecologista en la comisión investigadora del “caso BND”, criticó más bien la falta de disposición del SPD para despejar las dudas en torno a la regularidad de las actividades del servicio secreto; y la diputada parlamentaria la Unión Democratacristiana (CDU) Kristina Köhler, otro árbitro dentro de esa comisión, dejó entrever lo feroz que será la campaña electoral el año que viene: “La credibilidad de Steinmeier se ha visto opacada por las declaraciones de los militares estadounidenses. Si éstas llegaran a confirmarse, seguramente jugarán un papel importante en la contienda electoral”.

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Como jefe de la cancillería cuando estalló la guerra en Irak. No es la primera vez que la lupa aclaratoria se fija en Steinmeier.Imagen: picture-alliance / chromorange / DW

Dimes y diretes

El general James Marks, que era director de las maniobras de reconocimiento estadounidenses de la infantería de tierra, sostiene en el reportaje de Der Sipegel que una advertencia de los agentes secretos alemanes sobre las intenciones de las fuerzas iraquíes de hacer explotar instalaciones petroleras en el norte del Irak llevó a adelantar el inicio de la invasión. Adicionalmente, dice que gracias a un reporte sobre cañones de defensa antiaérea, los norteamericanos pudieron frustrar un ataque dirigido al aeropuerto internacional de Bagdad.

No obstante, el diario alemán Süddeutsche Zeitung señala que los socialdemócratas ven en esta segunda afirmación del general Marks motivo suficiente para desconfiar de sus declaraciones: ni el reporte sobre misiles de defensa antiaérea ni las fotografías respectivas que Marks dice haber visto alguna vez habrían sido enviadas a las tropas estadounidenses, aseveran en el seno del SPD. Además, la información y las imágenes correspondían a un aeropuerto en Muthanna, una ciudad bastante alejada de Bagdad.

El Süddeutsche Zeitung agrega que los involucrados en la investigación querrían escuchar testimonios directamente del general Marks, pero que por ser extranjero no se le puede obligar a comparecer ante la comisión que atiende el caso. Sin embargo, el hecho de que el partido de Steinmeier muestre tanto interés en las declaraciones de Marks inspira entre sus rivales la sospecha de que un detalle no veraz, por pequeño que sea, pueda desacreditar sus argumentos y la crítica a la participación de Alemania en el conflicto armado de Irak.

Decididos a apoyar a Steinmeier y algo exasperados por las acusaciones esgrimidas por sus opositores, voceros del partido socialdemócrata responden una y otra vez: como candidata del partido democratacristiano al cargo de canciller en las elecciones generales de 2002, fue Angela Merkel quien exigió en diciembre de ese año que Alemania estuviera preparada para intervenir en Irak, “militarmente, si hiciera falta”.