La gran incógnita

Las elecciones europeas son después de las elecciones parlamentarias en India, las más grandes del mundo. Un total de 342 millones de ciudadanos de 25 países tienen derecho a voto. Estos votos deciden sobre la composición del Parlamento Europeo ampliado, que consta de 732 mandatos. Alemania, con 99 diputados, cuenta con el grupo más grande dentro del Parlamento Europeo.

Tendencia invertida

Gran preocupación ha despertado el escaso interés del electorado y el consecuente grado de abstencionismo. El instituto demoscópico alemán Gallup parte de una participación en el ámbito europeo del 45 por ciento. Hace cinco años el nivel fue de 49,8 por ciento. En las primeras elecciones europeas en 1979 acudieron a votar dos terceras partes de la población, es decir, un 63 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto.

La ironía se encuentra en que contrariamente al decreciente interés por parte de los ciudadanos, la importancia del Parlamento Europeo ha ido creciendo. En los últimos diez años se ha ampliado el número de campos políticos, de 15 a 43, en los que el Parlamento, conjuntamente con las naciones de la Unión Europea, decide sobre las propuestas de la Comisión.

Avanzan euroescépticos

Los políticos europeos no sólo están preocupados por la baja participación, sino también por el hecho de que sean aquellos partidos y grupos contrarios a la idea europea los que registran un avance en estas elecciones. En todos los países en los que se han realizado ya las elecciones y que han publicado primeras tendencias, se registran pérdidas de los partidos gobernantes.

Todo parece indicar que los ciudadanos europeos utilizan estas elecciones como herramienta de protesta en contra de las políticas implementadas por la Unión Europea y también como protesta contra las gobiernos nacionales Los expertos prevén que menos de la mitad del electorado con derecho a voto acuda a las urnas, lo que se interpreta también como una falta de aceptación de la Unión Europea por parte de la población.