"Me gustaba agarrar animalitos y ver si ponían huevitos, si tenían ojitos, si se desaparecían, qué comían...” Ya siendo niña Carlota Monroy sentía pasión por la biología. Esta carrera no existía en Guatemala. Haciendo la cola para inscribirse en Farmacia, oyó que la habían habilitado y no dudó en seguir su vocación, sin decírselo a sus padres. Al finalizar el primer año, ya no pudo guardar más su secreto: la habían elegido como la mejor estudiante de Biología y sus padres la acompañaron a recibir el premio. Antes de graduarse hizo una pasantía en Japón, experiencia que "me cimentó lo que es investigación”. Más tarde Guatemala formaliza la cooperación con el país asiático y por iniciativa suya fundan el Laboratorio de Entomología Aplicada y Parasitología para investigar enfermedades transmitidas por insectos. Así comienza a investigar el mal de Chagas. Y desde entonces no ha dejado de luchar contra esta enfermedad, de manera participativa, junto con las comunidades.