La esclavitud aún existe, incluso en Alemania
23 de agosto de 2018Según el Índice Global de Esclavitud, de la ONG australiana "Walk Free Foundation", más de 40 millones de personas viven en la esclavitud moderna, 167.000 de ellas en Alemania, un 0.2 por ciento de la población.
Mientras la esclavitud histórica se definía como la propiedad legal de una persona sobre otra, la esclavitud funciona hoy de manera diferente. Según Dietmar Roller, presidente de la Misión Internacional de Justicia (IJM), "la esclavitud ya no es legal, pero es como un camaleón escondido".
Una característica de esta, según la Fundación “Walk Free”, es que las personas no pueden evitar o escapar de situaciones de explotación, debido a amenazas, violencia, coerción, engaño o abuso de poder”. La esclavitud moderna se utiliza como un término genérico para las diversas formas de subyugación y explotación, que pueden incluir, por ejemplo, la trata de personas, el trabajo en condiciones de servidumbre o los matrimonios forzados. Los límites de lo que se puede o no llamar esclavitud son, a menudo, difíciles de trazar.
Advertencia del Consejo de Europa
Esto no solo sucede en países como Libia, Qatar o el Congo, que dominan los titulares sobre esclavitud. La trata de personas y el “trabajo esclavo” también están en aumento en Europa, advierte el Consejo de Europa, en particular el tráfico de seres humanos con fines de explotación laboral.
En Alemania, según la Oficina Federal de Policía Criminal (BKA), los más afectados son los inmigrantes que trabajan en la construcción y la hotelería. También en tareas domésticas, el procesamiento de carne, la agricultura o el transporte son áreas vulnerables. Las autoridades identificaron en 2017 a 180 víctimas, la mayoría de Europa del Este.
"Alemania es el burdel de Europa"
Mucho más extendida en Alemania es la explotación sexual, que también está asociada a un gran número de prostitutas forzadas. "Alemania es el burdel de Europa", dice Dietmar Roller de IJM, . Según la BKA, en 2017 hubo 327 casos y 500 víctimas documentadas. Si bien es más probable que el trabajo forzoso afecte a los hombres, la gran mayoría de las víctimas de la explotación sexual son mujeres. La mayoría de la víctimas vienen de Bulgaria, Rumania, y la misma Alemania. La BKA advierte sobre un aumento significativo de víctimas nigerianas.
Muchas mujeres son engañadas, y luego quedan atrapadas en el mundo de la prostitución. Con la estrategia del “Loverboy", proxenetas engañan a chicas involucrándolas en una aventura amorosa, creándoles dependencia emocional. Los criminales les hacen creer que tienen deudas, para luego inducirlas u obligarlas a la prostitución con el fin de que les ayuden a finiquitarlas.
"¿Cuántos esclavos mantienes?"
En los últimos años, cuenta Roller, se ha incrementado en Internet otro tipo de explotación sexual: "Clientes alemanes pueden alquilar a un niño en Filipinas por una hora, y este tiene que hacer lo que estos quieran frente a la cámara web".
El economista Evi Hartmann generó controversia en 2015 con el libro "¿Cuántos esclavos mantienes?". Según Hartmann, “gracias a su consumo, cada alemán tiene 60 esclavos, indirectamente”. Roller explica: "Al comprar ropa o productos hechos en zonas de conflicto, promuevo condiciones de trabajo similares a la esclavitud". Incluso con alimentos, como el pescado de Tailandia, se apoya el trabajo forzoso en los barcos de pesca allí.
Menores particularmente en riesgo
El reciente escándalo de abuso de menores en Staufen, en el sur de Alemania, es escabroso: una pareja abusaba de su hijo de diez años y lo ofrecía por Internet para que lo violaran y maltrataran. También los matrimonios forzados con niñas menores de edad son un creciente problema: la policía en Alemania registra entre 50 y 60 casos, cada año.
"El dinero es el la clave de la esclavitud moderna", apunta Roller y concluye: "Si en Asia la Policía persigue efectivamente el abuso de menores en Internet, también pueden atrapar al extranjero que paga por ello, desde su casa en Alemania”.
Ines Eisele (jov/er)